tag:blogger.com,1999:blog-59386664831708616842023-11-16T02:33:37.240-08:00 Detrás de las CortinasUna novela de superación personal y romanticismoAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/10296522791807551382noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-5938666483170861684.post-67337100461814521412013-04-15T16:10:00.002-07:002013-05-09T05:38:05.709-07:00Bienvenidos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlbP_BFSYAqNTmEl9Vgo5Vk1yi94m20mUDN9tXw3ElXQU5CppHhKOZh0FnIMZsBDg8-nNtgh2t5BXv_OkZt4oBvVxqomnQHlEIVIyq2pxudmiQz6DubhExfYqLi6uIsdbyahv6v9lGtdua/s1600/BTC+-+Cover+comp7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlbP_BFSYAqNTmEl9Vgo5Vk1yi94m20mUDN9tXw3ElXQU5CppHhKOZh0FnIMZsBDg8-nNtgh2t5BXv_OkZt4oBvVxqomnQHlEIVIyq2pxudmiQz6DubhExfYqLi6uIsdbyahv6v9lGtdua/s640/BTC+-+Cover+comp7.jpg" width="425" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt; text-indent: 0in;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Detrás de las Cortinas</span></i><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"> es una novela de superación personal y
romanticismo basada en hechos reales, que tiene como propósito instruir a los
padres y jóvenes a forjar un futuro mejor para las generaciones venideras.
Relata las vivencias de un joven humilde; nacido en una pequeña isla del Caribe
y abandonado por sus padres desde su niñez. Violado sexualmente, enviado a
vivir a un orfanato y marcado por las experiencias negativas de la vida; no
escatimó el más mínimo esfuerzo para luchar y seguir con determinación el
camino a la superación.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Los temas que
trata son: abandono familiar, la soledad, abuso sexual, sacrificios, dónde
estaba Dios, los sentimientos, síndrome de la separación, la venganza, ¡hasta
cuándo!, injusticia de la vida, empezar de nuevo, mi lucha interior,
infidelidad, el peor de los vicios, entre otros.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al leer esta
novela se transportará a un mundo lleno de aventuras impresionantes y
descubrirá que aún desde la miseria y la estrechez en la que se pueda
encontrar, podrá lograr aquello que se ha propuesto y hacer sus sueños de
triunfar en la vida, una realidad.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: Introduccion;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Introducción</span></span><span style="mso-bookmark: Introduccion;"></span></span></span></strong></a><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El cántico
melodioso de los pájaros silvestres se escuchaba en la parte posterior de la casa.
La brisa del océano acariciaba las hojas de los árboles y la perra le ladraba a
los vecinos de al lado como de costumbre. Una parte de los familiares ayudaba a
mi esposa en la cocina, preparando los bocadillos del festejo, mientras yo
ultimaba los detalles de la decoración y la música para el evento.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Todo estaba
listo; las mesas para los obsequios, la bebida, la comida… Los invitados
comenzaron a llegar. Era la fiesta de cumpleaños de nuestro hijo Elías. Entre
la multitud pude ver a mi gran amigo y hermano Enrique Javier, a quien conocía
desde hace mucho tiempo, y cuya historia me maravillaba en gran manera. Siempre
le había insistido en convertir lo que vivió en palabras impresas, que
transmitieran inspiración y reflexión para una vida mejor.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></i><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Gracias Enrique
Javier Martínez, amigo del alma.<o:p></o:p></em></span></div>
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloUno;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Uno</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloUno;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloUno;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloUno;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Buenos días
Enrique. ¿Cómo te sientes?<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Bien, creo.
Recuerda que hoy es viernes y tienes una cita con el doctor.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Lo sé, descuida.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Por favor, cuida
bien del niño y en mi ausencia no olvides recordarle que lo amo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El sol no tardaba
en salir y el perfume de la mañana inundaba toda la habitación. El reloj apenas
marcaba las siete y cuarto y en su tic-tac me recordaba que me apresurara. Me
levanté de la cama con los ojos a media asta y la respiración algo pesada. Era
el funeral de mi hermana, Angela María, la cual sólo llegué a ver tres veces en
mi vida. Ayer murió en un accidente automovilístico.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi esposa
planchaba mi camisa blanca mientras yo tomaba una ducha y meditaba en aquello…<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Pobre Angela
María, llena de vida y tierna juventud. ¿Por qué la vida tuvo que ser tan cruel
contigo? ¿Por qué tuviste que correr la misma suerte que nosotros, los hijos de
tu padre? ¿Cuál fue el insolente conductor que te arrebató la vida?<o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Aunque de nosotros
fuiste la más bienaventurada, por haber crecido junto a tu madre bajo la
seguridad de un hogar, quizás hay cosas en la vida que no se llegarán a
entender.<o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi meditación fue
interrumpida por un brusco sonido en la puerta del baño, era mi esposa
diciéndome que era tarde. Me concentré tanto en pensar en Angela María, que no
medí mi tiempo en la ducha.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¡Gracias amor! —le
grité desde adentro.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al salir de la
ducha mi esposa terminaba de vestirse y mi suegra jugueteaba con su nieto en la
sala.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—La camisa está
sobre la cama —dijo mi esposa, mientras apuntaba con el dedo en la misma
dirección.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Gracias corazón.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me vestí con la
mayor brevedad posible. Fui a la cocina y preparé algo rápido para desayunar.
Tomé mi equipaje y el sobre que había dejado la noche anterior sobre el
escritorio de la oficina. La abuela ya se había marchado con el niño y mi
esposa estaba a punto de irse al trabajo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Que tengas buen
viaje.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Gracias.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me le acerqué
para abrazarla y le di un beso. Ella me abrazó fuerte y me dijo al oído:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Ve con Dios y no
te preocupes, que todo saldrá bien —y se marchó.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Todo saldrá bien.
Estuve pensando en esas palabras todo el resto del viaje. Realmente necesitaba
que todo saliera bien, mi esposa que debía ir al doctor y yo que me dirigía al
entierro de mi hermana que pocas veces llegué a ver.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Tomé las llaves
del auto, di un beso a mi perrita y cerrando la puerta tras ella me marché.
Subí al automóvil e intenté encenderlo, pero noté que tenía problemas para
encender. <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¡Ho, no, ahora
no! —exclamé como quien está a punto de entrar en pánico. Ya estaba bastante
retrasado y debía estar temprano en el aeropuerto para tomar mi vuelo. Estaba
supuesto ir a casa de mis cuñados para que ellos me llevaran al aeropuerto,
puesto que mi esposa tenía algo muy importante que hacer en el trabajo y ellos
muy cordialmente se ofrecieron, además tenían el día libre.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Había perdido
treinta minutos tratando de hacer encender el auto hasta que desistí. Solicité
un taxi y en el camino llamé a mis cuñados para explicarles lo sucedido. Les
pedí disculpa y les dije, que dadas las circunstancias era más conveniente para
todos que fuera directamente al aeropuerto y así lo hice.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En el aeropuerto,
me acerqué rápidamente al mostrador para tomar mi pase de abordar y luego me dirigí
a la puerta de seguridad. En la puerta de seguridad el oficial me hizo pasar a
un área apartada de la fila normal de chequeo, me dijo que necesitaba chequear
mi equipaje y a mí en particular.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Pasa algo
oficial? —le pregunté.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—No, señor, sólo rutina
—respondió cómo quien tiene todo el tiempo del mundo y a mí que me faltaba.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Le pedí que por
favor se diera prisa, que mi vuelo partiría en pocos minutos y estaba algo
retrasado. Ya comenzaba a pensar detenidamente en el gran contraste entre las
palabras de mi esposa, "todo saldrá bien", y la forma peculiar en que
había comenzado mi día. Por fin terminó el chequeo, tomé mis cosas y marché de
prisa por el pasillo. A pesar de la prontitud no pude dejar de notar unos
oficiales chequeando una maleta abandonada. No tenía tiempo para fisgonear,
pero veía cómo la tensión y la preocupación se agudizaban.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al llegar a la
puerta de embarque, me entero que mi vuelo había partido unos minutos antes. No
pude contener mi enojo. Comencé a discutir con la persona en la puerta de
embarque y me enfurecí tanto, que podía sentir cómo el color de mi rostro se
tornaba rojo y crujía mis dientes. Pude haber reaccionado de una manera más
calmada, pero me venció el coraje. Llamaron a seguridad y me llevaron a un
cuarto aislado mientras indagaban mi caso.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Habrían pasado
unos cinco minutos, cuando vi que traían un joven esposado; es el dueño de la
maleta abandonada que vi cuando me dirigía a tomar mi vuelo, pensé. Las
palabras de mi esposa retumbaban en mis oídos: "todo saldrá bien". Me
preguntaba, ¿Cuándo mejorarían las cosas?, porque hasta ahora todo era un
desastre. Ya no quería pensar más en aquellas palabras que retumbaban en mi
mente como una pelota de baloncesto sin rumbo fijo. Torpemente malgasté tiempo
que ahora me falta, el auto no encendió, acabo de perder mi vuelo y ahora aquí,
definitivamente todo estaba saliendo mal.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Alguien ocupa la
silla frente a mí. Debía medir algunos seis pies de estatura, traía barba algo
descuidada y el pelo rizado. Por su acento me parecía europeo; uno de esos
jóvenes que salen por el mundo en busca de aventuras y conocer nuevas culturas.
El me mira, yo lo miro y un simple movimiento de cabeza se cruza entre los dos.
Después de varios minutos de silencio me atreví a preguntarle.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Por qué estás
aquí?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Por una
estupidez —respondió cómo quien pudo haber evitado el vergonzoso incidente.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿A qué te
refieres? Continué.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Fui al baño y
dejé mi maleta al cuidado de mi compañero de viaje, al parecer la dejó
abandonada. Cuando regresé la encontré rodeada de varios oficiales de seguridad
y un perro detector de explosivos. —¿Qué está sucediendo con mi maleta? —pregunté.
Me detuvieron y aquí estoy. Espero que todo se resuelva rápido, pues sólo tengo
allí mi ropa y unos libros de geografía, así que no creo que tarden mucho
tiempo en liberarme.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—</span>¿Y qué pasará
con tu vuelo?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—No será hasta la
tarde, pero vinimos temprano para no tener que pagar un día extra en el hotel.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Entiendo —le
dije.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Y usted. ¿Por
qué esta aquí?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Por agredir a
una persona.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Sí?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Así es. Fui
grosero con una persona en la puerta de abordar y aquí me tienes. Mientras
hablábamos llegó su amigo acompañado de un oficial y éste con su maleta en
mano. El oficial le dio la maleta y le dijo:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Señor, aquí está
su maleta. Disculpe los inconvenientes, pero la próxima vez trate de llevar su
equipaje con usted a todos lados.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En estos días es
muy delicado dejar paquetes desatendidos en los aeropuertos. La seguridad está
más intensificada que nunca y hoy no sabes quién es quién, lo mejor es ser
precavido.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Gracias, oficial.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Tomó su maleta y
sin despedirse abandonó el cuarto junto a su compañero. Minutos después llegó
otro oficial para informarme de mi situación. Al verle me incorporé y le
pregunté: <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Oficial, ¿qué
pasará con mi vuelo?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Lo primero es, —comienza
a explicar cómo quien se prepara para dar un largo y aburrido discurso— que su
comportamiento irrespetuoso en la puerta de abordar no es aceptable.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Pero la
incompetencia de la seguridad en el chequeo de mi equipaje por lo cual me
retrasé, sí es aceptable? —interrumpí con muy áspero tono.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Por eso le
pedimos excusa, también le pedimos excusa por el inconveniente de haber perdido
su vuelo. Le hemos asegurado un asiento en el siguiente vuelo el cual partirá
en los próximos treinta minutos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Muchas gracias,
oficial. Por favor, dele mi disculpa a la persona con quien fui irrespetuoso.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
<div style="text-align: center;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloDos;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Dos</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloDos;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloDos;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloDos;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al salir mi
estado de ánimo era relajado y tranquilo. La hora estaba algo avanzada así que
fui al restaurante a buscar algo de comer antes del vuelo. Comenzó la
invitación de pasajeros para abordar el avión con destino a República
Dominicana y esta vez me aseguré de estar a tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En el pasillo que
lleva al avión, veo que de las cinco personas que están delante de mí una de
ellas era una mujer con un bebé en brazos de algunos siete meses,
probablemente. Pensé en mi hijo. Mi amado tesoro. Quizás estará jugando en casa
de los abuelos con el carrito control remoto que le compré para navidad. Aquel
bebé parecía incómodo o quizás tenía hambre, no paraba de llorar. A lo lejos,
escuché a alguien susurrar: —¡oh, por favor, que no se siente a mi lado!<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cordialmente
saludé la azafata que estaba recibiendo los pasajeros en la puerta principal.
Me dirigí al asiento asignado el cual estaba sobre las alas del avión y cerca
de una de las salidas de emergencia. Abrí el compartimiento para colocar mi
equipaje y así tener libre el espacio debajo del asiento delantero para estirar
los pies cuando me sintiera cansado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Todos los
pasajeros se habían sentado, los anuncios relativos a la seguridad habían sido
leídos y mi compañero de viaje me hizo una pregunta que había escuchado en
reiteradas ocasiones: <o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Disculpa, ¿Tú
eres pastor?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—No, pero soy
cristiano y asisto a la iglesia con cierta regularidad —respondí.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Entiendo —me
contestó, cómo quien había sido decepcionado en un intercambio de regalos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Y tú lo eres? —le
pregunté.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Claro, hace
algún tiempo le entregué mi vida a Dios y desde entonces soy un hombre
renovado.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por su apariencia
personal parecía un hombre común y corriente, pero cuando hablaba mostraba
tanta convicción en sus palabras, que yo me sentía un inmaduro en los asuntos.
El cansancio físico y emocional me impedían mostrar el suficiente interés, pero
a la misma vez estaba ansioso por escuchar su versión, saber por qué se sentía
un hombre renovado. Estaba a punto de preguntarle cuando se disculpó para ir al
baño, así que tuve que esperar. A su regreso me dispuse dejar a un lado mi
orgullo profesional y darle espacio a mi inseguridad para encontrar qué podía
aprender. Tardé unos minutos, respiré profundo y le pregunté...<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿A qué te
refieres cuando dices, "un hombre renovado?"<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cerró la Biblia
que estaba a punto de leer y me respondió:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Me siento un
hombre renovado porque conocí la profundidad del amor de Dios. Ese amor que
inunda el corazón y echa fuera el temor, llenando en tu vida necesidades que
sólo él puede suplir. Me siento muy agradecido de Dios y doy por gracia lo que
por gracia he recibido.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>¡La profundidad
del amor de Dios!<o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Aún sigo sin entender.
¿A qué se referirá? Es que acaso había una nueva definición sobre ese concepto
que no había aprendido en la iglesia, la curiosidad me impulsaba a continuar
preguntando.<o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Cuál es la
profundidad de la que hablas?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Giró su rostro
hacia mí y clavó su mirada en la mía cómo quien reconoce la sequedad espiritual
en mi interior.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—El amor de Dios
es algo que no se puede expresar con palabras. Es algo que se demuestra, algo
que se siente en lo más profundo del alma. Yo creí que lo entendía hasta que
una experiencia muy dolorosa abrió mi mente espiritual y me hizo entenderlo. Desde
que tengo uso de razón me recuerdo siempre asistiendo a la iglesia todas las
semanas junto a mis padres. Soy hijo único, así que sólo éramos nosotros tres.
Mis padres dejaron de asistir cuando yo crecí, sin embargo, yo continué
asistiendo. Después de algún tiempo fui perdiendo el interés. A pesar de eso
nunca dejé de asistir pues me consideraba cristiano en mi corazón. Era algo
extraño para mí, que mis padres eran supuestamente cristianos, sin embargo,
pocas veces les escuchaba mencionar a Dios en casa. Era como si Dios para ellos
solamente existía en el templo. Con el paso del tiempo he asumido la idea de
que muchos padres asisten a la iglesia como parte de una costumbre, un
requisito más para ser un buen ciudadano o para que sus hijos crezcan con una
moral intachable. "Muchas personas esperan que Dios haga por milagro lo
que ellos deben hacer por obediencia".<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mientras él
hablaba, en mi mente trataba de conectar los puntos y llegar al meollo del
asunto.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—</span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al final de mi
carrera de derecho —prosiguió —, conocí una joven muy hermosa que también
estaba de término en enfermería. Nos conocimos en la biblioteca central del
pueblo. Yo que devolvía unos libros sobre confesión judicial y ella solicitaba
unos sobre historia de la enfermería. Comenzamos a platicar y así nos dimos
cuenta que estudiábamos en el mismo lugar. Empezamos a salir y después de
algunos meses nos mudamos juntos. Nueve meses después le propuse matrimonio.
Era la persona con quien quería pasar el resto de mi vida. Ambos teníamos
agitados horarios y batallábamos por pasar más tiempo juntos; pero comencé a
socializarme con personas del trabajo e inusitadamente sucedió algo que cambió
el curso de mi vida.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Una tarde salí a
almorzar con mi secretaria. Era un almuerzo de negocios. Dos semanas después me
quedé a trabajar hasta tarde, así que llamé a mi prometida para hacérselo saber
para que no se preocupara.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Estando
concentrado en el problema, noté que alguien caminaba detrás de mí. ¿Alguien
habrá forzado la cerradura buscando algo para hurtar? Pensé. Es imposible. La
alarma se habría disparado. Era Jennifer, mi secretaria. Parece que había
olvidado algo ese día y regresó a buscarlo en la noche. Recordé que también ella
tenía llaves de la oficina.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Jennifer, casi
me matas de un susto. ¿Qué haces aquí a estas horas?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Vine a buscar
unos papeles importantes que debo analizar esta noche.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ella tomó los
papeles y se marchó. Eso pensé. Traté de recobrar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la concentración cuando siento unas manos
suaves como algodón que acariciaban mi cabello. Era Jennifer. <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Jennifer, ¿Qué
estás haciendo? Sabes muy bien que esto no está bien. <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mientras yo
pronunciaba esas palabras y con mis manos trataba de alejarla, ella insistía en
atraerme hacia ella.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Carlos, desde
aquel día que fuimos a almorzar no he dejado de pensar en ti. He tratado de
decirme a mí misma, que una relación entre nosotros es imposible pero mientras
más me lo repito más me siento atraída hacia ti. Además, no puedes negarme que
tú también te sientes atraído por mí. Lo noto por la forma en que me miras.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Intenté negarlo
con palabras pero la expresión de mi cuerpo me desmentía a mí mismo. Yo siempre
había visto a Jennifer cómo una mujer ordinaria, humilde y de poco gusto, pero
ese día descubrí otra persona: Una mujer diferente a la que antes había visto.
Llevaba puesto una falda negra y una blusa de franjas rojas y negras que hacía
juego con su falda la cual dejaba ver sus agraciadas curvas y su figura esbelta
y sensual. Intenté apartar la mirada, pero el fulgor de su pelo brillante y
bien cuidado que jugueteaba frente a mí me habían hipnotizado. Sus ojos grandes
y redondos, su nariz puntiaguda y vertical y la estructura casi perfecta de sus
labios me hicieron preso de tu atención.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Vuelve y se acerca
hacia mí poniendo su mano izquierda detrás de mí cuello mientras que con su
mano derecha llevaba mi mano izquierda a su cintura. Traté de evitarlo pero fue
inútil. La contextura de sus caderas era como el imán cuando lo acercan al
metal. Sentía que perdía mis fuerzas ante su presencia y me dejé llevar por la
lujuria y la concupiscencia. Al besarme, sentí que su lengua bailoteaba con la
mía, haciendo arder en mí la llama del placer y una pasión sexual
descontrolada. Caí vencido a sus pies. Me hizo esclavo de sus deseos más
íntimos y juguete de sus fantasías pasionales.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando todo hubo
terminado, tomé las llaves de mi auto mientras abría la puerta para despedirla.
Al llegar al auto, arrojé el maletín en el asiento de atrás y me dirigí directo
a casa. Mientras conducía no podía evitar sentir en mi pecho un inmenso peso de
culpabilidad. Aún no asimilaba bien lo que acababa de ocurrir. Mi novia ya
estaba dormida. Entré a la habitación con sumo cuidado, me acosté y comencé a
meditar.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="Thoughts" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Dios, ¿Cómo es
posible que me haya dejado envolver de esta manera? No tengo excusa para tan
grave error. Le he fallado de una manera tan baja a la persona que más amo y
con quien espero pasar el resto de mi vida.<o:p></o:p></em></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Estaba ahí,
dormidita junto a mí, tierna e inocente, ajena a lo que había hecho. Mientras
la observaba en ese estado de quietud, en mí interior había una tormenta que
destruía a su paso todo mi equilibrio. Sentía el corazón pesado y abatido y no
había nada que pudiera calmar esa intranquilidad. Pasé la noche en vela. No pude
conciliar el sueño.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por la mañana fui
a la cocina a preparar desayuno. Minutos después, mi novia me sorprendió por la
espalda.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Hola mi amor,
buenos días, ¿cómo estás?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Sus palabras eran
dulces y llenas de paz, mas yo las escuchaba como regaños envueltos en pesadas
lágrimas, reclamándome ¿Por qué le había hecho eso? ¿Por qué fui tan bajo y
descarado? ¿Por qué fui tan desconsiderado con la mujer que amaba? Era mi
propia conciencia castigándome por mis actos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Buenos días, mi
amor…Bien, ¿Y tú?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Bien. Te esperé
hasta tarde, pero el sueño me venció.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Lo sé, te
encontré toda rendida.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Aunque me sentía
mal; no tuve el valor de decirle, de destruir su felicidad y hacerla pasar por
aflicciones sólo porque yo había actuado estúpidamente. Se lo diré, pero
esperaré el momento adecuado. Pensé dentro de mí.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">De regreso a la
oficina, ese mismo día, fui directo a mi escritorio tratando de evitar a
Jennifer. Sentía que si la veía, la cara se me caería de la vergüenza. No la vi
en su escritorio, sólo a los demás colegas. Después de colocar el maletín en el
sofá e ir al baño para arreglarme la corbata, allá, a lo lejos en el pasillo
alcancé ver a Jennifer. Yo iba y ella que venía. Nos encontramos y nos miramos
el uno al otro. En su rostro había una pronunciada expresión de satisfacción,
en la mía una de vergüenza y culpabilidad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Los días pasaban
tratando yo de encontrar el momento adecuado para decirle a mi novia lo
sucedido, pero mientras más se alargaban los días más me iba acostumbrando a
ese sentimiento de culpabilidad. En eso, algo sucedió: se me acerca Jennifer,
debido a que su auto estaba en el taller, me pide que la lleve a su casa.
Alguien la habría traído al trabajo o habría tomado el autobús, pensé. Fue una
petición pública, así que sólo acerté aunque era algo que no quería hacer.
Mientras íbamos en el auto, trataba de explicarle que lo ocurrido entre
nosotros esa noche fue una equivocación y que no puede bajo ninguna
eventualidad volver a ocurrir, lo que conllevó a una acalorada discusión.
Llegamos a su apartamento, ella me invitó a tomar una copa. Sentí miedo, pero
al mismo tiempo no quería dejar las cosas así.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando llegamos a
su apartamento, se dirigió a la cocina a tomar un vaso de agua y luego a la
habitación para ponerse algo más cómodo. Yo me había sentado en el sillón
tratando de evitar la ventana. Al salir de la habitación, traía puesto un
atuendo transparente que divulgaba toda su ropa interior, lo que hizo que mi imaginación
volara por los aires.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me ofreció una
copa de vino y le di las gracias, que sólo entré para dejar las cosas en
armonía y asegurarme de que no volviera a suceder. Mientras yo hablaba, dejó
caer a propósito unas gotitas de vino sobre su pecho, lo cual desvió mi vista y
me hizo perder por completo el tema de la conversación.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Su forma de
sentarse, su postura seductora, cruzando las piernas mientras sostenía la copa
de vino en su mano izquierda y su derecha descansaba sobre el aburrido sillón.
Casi podía escuchar sus pensamientos eróticos cuando mordía estratégicamente su
labio inferior. Desde entonces no pude recordar el motivo de mi visita y sólo
pensaba en aquella noche y la posibilidad de repetir la experiencia. Hice el
intento de marcharme para evitar caer preso de la tentación nuevamente pero
ella me detuvo interponiéndose en mi camino. Se acercó a mí y besándome en el
cuello me desarmó por completo. Una vez más me entregué a ella permitiéndole
adueñarse de mi voluntad. La apreté contra mi pecho hasta que pude oler su
respiración. Caminamos cómo borrachos hasta que nuestros cuerpos chocaron contra
la puerta de su recámara. Entramos y la luz tenue hacía propicio el ambiente.
Ella desabotonaba mi camisa, yo desgarraba su vestidura. ¡Que belleza de mujer!
Su piel era suave como la seda y su cuerpo perfecto como una escultura acabada
de pulir. Deslizaba mis manos sobre su cuerpo ávido de placer y el eco de su voz
llenaba toda la habitación. Estábamos completamente desnudos, los dos solos
allí, fundiéndonos en un sólo cuerpo mientras nos devorábamos a besos. Sus
caricias eran únicas, una diferente a la otra. El sabor de sus besos era como
el néctar de las flores que embellecen la flora silvestre. Lo que comenzó con
el pretexto de no repetir algo que sucedió por accidente, terminó en la cama
consumándose por segunda vez.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloTres;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Tres</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloTres;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloTres;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloTres;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Desde esa noche
empecé a tener una doble vida. Cuando estaba con mi novia no me sentía culpable
por haberla traicionado y cuando compartía con Jennifer sentía que todo era
normal. Me sentía el hombre más dichoso del mundo. Mi novia y Jennifer eran dos
mujeres muy distintas, pero unidas eran la mujer perfecta. Una era tierna y
cariñosa, la otra era alegre y sensual. Con una compartía recuerdos, con la
otra disfrutaba el momento. Con una me sentía dichoso, con la otra me veía
completo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Después de unos
meses y a punto de casarme, Jennifer y yo sostuvimos una fuerte discusión. Ella
me pedía que abandonara a mi novia, lo cual no estaba dispuesto a hacer; así
que dimos la relación por terminada. Llegó el día de la boda. Fue un acontecimiento
estupendo, lleno de luces y colorido, todos los presentes compartían con
nosotros aquel singular momento. La luna de miel fue inolvidable.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi esposa era una
mujer llena de virtudes y cualidades incomparables. Su amor incondicional me
hizo sentir una vez más la culpabilidad que trae como consecuencia una
traición. Me dije a mí mismo: si fui hombre para fallarle, también lo seré para
enfrentar las consecuencias, por lo cual desde ese momento buscaba la ocasión…
Un día entré a nuestra recámara, ella llevaba puesto sus lentes de lectura, me
le acerqué y le pregunté: <o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Amor, ¿puedo
hablar contigo?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Claro, ¿qué
sucede? —me dijo con voz calmada, mientras guardaba sus lentes.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Hace tiempo he
querido decirte algo, pero cobardemente no encontraba la ocasión para ello.
Movido por tu amor ya no soporto más. La conciencia me acusa y el dolor revienta
mi pecho.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Me asustas
Carlos, ¿a qué te refieres?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Recuerdas esa
noche cuando te llamé para que no me esperaras despierta porque llegaría tarde?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Sí, la recuerdo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ese fue el
principio de la historia. Luego continué dejando mi alma al descubierto,
haciéndole saber en la basura que me convertí, traicionando su confianza.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ella permaneció
callada como quién no encontraba palabras qué decir mientras las lágrimas
comenzaban a rodar por sus mejillas. Se puso en pie y salió de la habitación. A
lo lejos podía escucharla derramar su corazón en llanto. No tuve el valor para
estar a su lado, preferí llorar sobre mis rodillas en el mismo lugar. Ella
entró nuevamente a la habitación y comenzó a regañarme con palabras que nunca
antes la había escuchado pronunciar. Pero ese era el menor de mis problemas.
Prefería su furia antes que el dolor agudo que penetraba mi alma y que no podía
hacer parar. Me sentía morir viviendo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Los días que siguieron
a esa conversación fueron de dolor. Ella no era la misma. Casi no me dirigía la
palabra, me lo había merecido. Pero un día se me acercó y me dijo: <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Carlos, tú sabes
que te amo con toda mi alma y que lo que hiciste me ha partido el corazón, pero
quiero que sepas que yo te perdono por el amor que te tengo. Para mí, amor no
es sólo un sentimiento, es una decisión. Prométeme que nunca volverás a hacer
algo que hiera nuestra relación.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No había palabras
que pudieran expresar mi sentir, sólo la abrasé mientras dejaba que mis
lágrimas rodaran por su espalda. Ellas hablarían mejor que las palabras.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Esa noche entendí
el significado del amor. "El amor es sufrido, benigno, no busca lo suyo,
no se goza de la injusticia mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser (1 Corintios
13:4-7)".<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi esposa no
tenía razones para continuar viviendo a mi lado. Aún trato de entender qué la
llevó a perdonarme y la grandeza de su amor. No encuentro la respuesta pero me
siento muy agradecido. No siempre se tiene esa oportunidad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Han pasado por mi
mente mil y una historias sobre el sacrificio que se hace por amor, sobre la
grandeza del amor de Dios. Recordaba los sermones en la iglesia y ahora había
algo con lo cual comparar el amor de Dios. Si mi esposa, siendo una simple
humana hizo algo tan grande por amor, qué no estaría Dios dispuesto a perdonar.
Esa noche entendí la profundidad del amor de Dios.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al día siguiente
fui al templo y volví mi rostro a Dios en oración y le dije:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Padre celestial, tú
que habitas en las alturas. No hay nada que pueda esconder de ti pues la
oscuridad te es lo mismo que la luz. Hoy traigo mi pecaminosa vida a tus pies,
te he fallado a ti, a mi esposa, a mis principios y a todo el que me tiene como
ejemplo. Pero ahora te ruego me perdones y hagas de mí una nueva criatura.<o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Sentía cómo un
gran peso caía de mis hombros. Admito que no estoy orgulloso de la forma en que
entendí la magnitud de lo acontecido, pero estoy muy agradecido. Mi esposa me mostró
con su perdón ese insondable amor. Desde entonces me he propuesto la misión de
hacer feliz a mi esposa por el resto de nuestras vidas. El amor no es algo que
se dice: se demuestra. No es sólo un sentimiento, es una decisión. Ahora vivo
para Dios, protegiendo y cuidando la familia que él me ha dado.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Es interesante
ver cómo varios acontecimientos coinciden en la misma fecha a través de la
historia; Año 2012, el ex-presidente Barack Obama gana por segunda vez la
presidencia de los Estados Unidos, la súper tormenta Sandy en New York y cómo
olvidar la masacre en Newtown, Connecticut o saber cómo en el mismo día nació
mi sobrina y murió mi abuelo mientras celebrábamos el cumpleaños de mi cuñada
en Marzo 17. ¡Cómo olvidar esa fecha! En un mismo día lloramos la muerte y
celebramos la vida.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ahora podía entender
las palabras de mi esposa: "todo saldrá bien".<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Si no me hubiera
acostado tarde preparando la carta que dejé sobre el escritorio de la oficina,
no me hubiera retrasado en la ducha. Si no me hubiera demorado en la ducha,
hubiera podido estar a tiempo en el aeropuerto. Si hubiera estado a tiempo en
el aeropuerto, no me hubiera mal humorado en el chequeo de seguridad y así
hubiera estado a tiempo en la puerta de abordar y no hubiera perdido mi vuelo.
Pero si nada de eso hubiese acontecido, habría perdido la oportunidad de
entender la profundidad y la esencia del verdadero amor. No todo sucede por una
razón, pero en ocasiones, las cosas que suceden Dios las usa para un propósito.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Empecé a meditar
dentro de mí y recordé sobre un seminario al que asistí donde tocaron el tema
de la infidelidad. Una palabra tan pequeña comparada con el daño y el dolor tan
grande que causa. Me preguntaba, ¿Qué es lo que lleva a la gente a cometer tan
grave ofensa? ¿Será que no se es completamente feliz en la relación? ¿Será el
placer desmedido por estar en la conquista? ¿Será la necesidad de sentirse
amada? ¿Será que con el paso de los años se pierde la belleza exterior? ¿Será
que no se siente lo mismo en la intimidad?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En cualquiera de
los casos es difícil señalar un culpable. Sin embargo, en algunos casos una
infidelidad tiene precedentes. Esto no quiere decir que se justifica en ninguno
de los casos. La carencia de afecto en el hogar, el aburrimiento sexual,
siempre una excusa a la hora de la intimidad, la poca creatividad pasional,
falta de apoyo moral, falta de comprensión, el maltrato, la inexperiencia, entre
otras. Aunque la infidelidad por lo general se refiere al adulterio, lo cierto
es que es un incumplimiento moral entre los miembros de una sociedad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando no le dedicas tiempo debido a tus
hijos, cuando no llenas las necesidades amorosas de tu pareja, estás dando
motivos válidos para una infidelidad. Tus hijos buscarán en otros el consejo
que tú no les das y tu pareja encontrará en otro lecho las caricias que tú le
negaste. Es tiempo de ser responsables y precavidos y dejar de verse siempre
como la víctima. No esperes causar una acción sin recibir una reacción.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes ser
grosero con tus hijos y que estos te amarán toda la vida.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes estar
siempre ausente en la vida de tus hijos y que estos serán tus mejores amigos,
dejándote saber cada mínimo detalle que acontece en sus vidas.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes
agredir verbalmente a tu pareja delante de tus hijos y que estos no pisarán tus
huellas.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes abusar
de tu mujer en frente de tus hijos dejándole moretones por todo el cuerpo y que
estos no te odiarán.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes salir
con jóvenes que conociste en clubes y bares y que después no resultarás
decepcionada.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes
dejarte manosear por todo el que te cae bien para cuando te veas embarazada
decir que los hombres son unos estúpidos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes hacer
daño a una nación y que no te buscarán por cielo y tierra, pues tarde o
temprano te encontrarán.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes serle
infiel repetidamente a tu mujer para que al saberlo ella, tenga que perdonarte.
No funciona así. Es si ella aún piensa que vales la pena.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes ser
frío con tu pareja y a cambio esperar caricias y besos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes vivir
una vida desordenada y que las cosas te saldrán bien.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No esperes
sembrar yuca y cosechar arroz. "Bebe el agua de tu misma cisterna y los
raudales de tu propio pozo. Sea bendito tu manantial y alégrate con la mujer de
tu juventud (Proverbios 5:15-18)".<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando hubo
terminado de contarme su historia le di las gracias y le pedí prestada su
Biblia. Leo mi Biblia diariamente, pero no la llevaba conmigo y necesitaba leer
un pasaje bíblico que ahora pude entender.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Desde luego,
aquí tienes —agregó, mientras ponía un marcador en la parte donde estaba
leyendo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La tomé en mis
manos como si fuera por primera vez mientras buscaba entre las páginas sagradas
el pasaje que dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su único hijo, para que todo aquel que en él cree, no se pierda mas, tenga vida
eterna (Juan 3:16)".<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Terminé de leer,
le agradecí y fui al baño. Allí pensé dentro de mí:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>He leído este
pasaje bíblico tantas veces, pero es ahora que he podido entender lo que quiere
decir. No es que busquemos a Dios por miedo al futuro, por duda acerca del
pasado o por alguna otra razón justificada, es que le amemos por habernos dado
la mayor prueba de amor que alguien pudiera dar; entregar lo que más se ama.
Dios entregó a su único hijo, su esposa le entregó toda su confianza. ¡Cuán
grande amor es este! Dios, que sin nosotros merecerlo entregó su único hijo. Su
esposa perdonó lo que humanamente parecía imperdonable.<o:p></o:p></em></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">De vuelta en mi
asiento quería llorar, pero me contuve, preferí cerrar mis ojos y allí en la
quietud de mi alma elevé una breve y significativa plegaria a Dios.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando terminé mi
oración, ya el capitán del avión había terminado de dar el último anuncio que
indicaba que pisaríamos tierra en cualquier momento. El vuelo había
transcurrido sin mayores dificultades. Me dirigí a la salida principal y desde
allí me despedí de Carlos. Una vez fuera del aeropuerto decidí tomar un taxi.
En el bolsillo de mi chaqueta tenía la dirección que escribí en un trozo de
papel mientras estaba en el avión.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Podría llevarme
a esta dirección? —le pregunté amablemente al chofer, tratando de redimir mi
actitud anterior.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Claro que sí —respondió
enérgicamente.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En una hora
llegamos a la casa. Una señora de estatura promedio abrió la puerta. Estaba muy
acongojada y parecía tener en sus trémulas manos el alma destruida.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Pase adelante —me
dijo entre sollozos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En medio de la
sala el cadáver de Angela María, la que fuera en vida mi media hermana, junto a
ella nuestro padre llorando desconsoladamente. Los que allí estaban no podían
contener las lágrimas, el llanto era estridente y la habitación estaba envuelta
en una profunda pena que casi se podía tocar con las manos.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me dirigí a la
cocina a tomar un poco de agua, pues estaba sediento debido al viaje. Allí
estaba la madre de Angela María, sentada con el rostro inmerso entre sus manos,
dejando correr sus lágrimas entre sus dedos mientras apoyaba sus codos en sus
rodillas. Estaba desconsolada. Le pregunté cómo murió y en seguidas le di el
sobre que había traído. Era una carta que había preparado dándole explicación
por una conversación que habíamos tenido hacía algún tiempo. Luego salí a
saludar al resto de los familiares.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Alguien me buscó
una silla, la tomé y busqué un rincón donde colocarme. Necesitaba espacio para
organizar mis ideas y pensar con claridad. Allí estuve por dos horas y luego me
marché al hotel que había reservado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ya entrada la
noche, me sentía extremadamente agotado por todos los inconvenientes del viaje
y por la carga emocional que traía conmigo. Rápidamente procuré la llave y
solicité un servicio a la habitación pues no había comido nada sustancial en
mucho tiempo. Coloqué mi equipaje sobre la mesa detrás de la puerta, arrojé mi
chaqueta sobre el sofá y me despojé de la corbata mientras caminaba hacia la
cama. Buscaba en la televisión algo para disipar, pero el toque en la puerta
anunciaba que había llegado el servicio ordenado. Telefoneé a mi esposa para
saber el resultado de su visita y para contarle sobre mi viaje.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Hacía algunos
días notaba a mi esposa un poco extraña, tenía preferencia que antes no tenía
por ciertos alimentos. Podía reconocer algunos olores a distancia y en momentos
era muy distraída, lo que me llevó a sospechar en la posibilidad de un nuevo
embarazo. Efectivamente, nos convertiríamos en padres por segunda vez. Mi
querido Samuel tendrá un hermanito con quien jugar, pelear y ser los mejores
amigos. Por un instante me sentí nuevamente el hombre más feliz del mundo. Nada
me preocupaba.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Tirado en la cama
dejé que mi mente vagara. Mientras meditaba el teléfono interrumpió mi
meditación. Era Natividad, la madre de Angela María, para agradecerme la carta
entregada. En la misma trataba sobre un incidente que creo era el causante de
algunos malentendidos.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En la carta le
decía lo siguiente:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Natividad, no
existen palabras para describir el dolor por el cual está atravesando en este
momento. Todos lamentamos esta gran pérdida y aunque quizás no es el mejor
momento ni la mejor forma siento que debo expresar mi sentir.</em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em><o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Es cierto que
fuimos hijos del mismo padre y eso en cierto modo nos hacía hermanos; pero
compartir la misma sangre no es suficiente. El vínculo fraternal se forja bajo
el mismo techo, llorando las mismas penas y celebrando juntos las mismas
alegrías. Es compartir, soñar, vivir y crecer juntos lo que permite que las
personas se amen como hermanos.</em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em><o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>De nosotros, ella
fue la menos perjudicada. Usted no tiene la menor idea del infierno que yo he
atravesado. Abusos y maltratos es lo que he vivido. En varias ocasiones quise
ocupar su lugar, estar donde está ella ahora, donde no hay llanto ni dolor,
donde sólo hay un reposo infinito, porque entendía que es mejor el sueño eterno
de la muerte que la vida que yo vivía. Muchas veces sentí que la vida estaba
siendo injusta conmigo, al verme desesperado y sin nadie a quien acudir. Ella
la tenía a usted, su madre. Yo no tenía a nadie. Lágrimas y soledad fue mi
alimento de día y de noche.<o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Desde muy niño la
vida puso en mis manos responsabilidades para la cual yo no estaba preparado
aún y el peso de las mismas encorvaban mí cansada espalda.</em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em><o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><em>Contadas veces
traté de acercarme a ella, pero desistí al sentirme rechazado. No sé cuáles
eran sus principios o la forma en la que estaba siendo educada, pero siento que
hice mi parte. No se puede hacer lo imposible por lo que es imposible. Si hoy
estoy donde estoy es porque me rebelé contra mí mismo, porque decidí que mi
pasado no dictaría mi futuro. Aunque anduve por el valle de sombras de muerte y
en ocasiones sentí mucho miedo, me enfoqué en mis metas y en la esperanza de un
mejor porvenir. Perdóneme si en mi sentir le causo confusión y dolor.<o:p></o:p></em></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En la mañana
siguiente, el sol me despertó con sus rayos a través de la ventana casi
desnuda. Bajé al comedor del hotel para buscar algo de comer y luego partir a
la casa. Allí, mi padre se me acercó para decirme que partirían al cementerio
en unos treinta minutos. De camino al cementerio se escuchaba el lamento de las
personas que se preparaban para dar el último adiós. Mi padre se le acercó a un
señor que portaba una Biblia y le dijo que proceda con lo acordado. El señor
buscaba en el cementerio el punto más alto desde el cual todos le pudieran
escuchar al dar su discurso.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Amados hermanos
y amigos aquí presentes...<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Parecía como si
tuviera un altoparlante en su garganta. Se le podía escuchar con mucha claridad
a larga distancia. Supongo que era la presión del momento o alguna inspiración
divida lo que le hacía hablar estruendosamente, pero elocuente a la vez.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Hoy nos hemos
reunido en este lugar con el propósito de pedirle a Dios fuerzas para soportar
el indescriptible dolor que nos agobia.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mientras el
predicador hablaba traté de callar mis pensamientos y dejar que sus palabras
curaran mi alma herida y llena de dolor.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Aún recuerdo la
mañana de aquel domingo en que Angela María aceptó al señor Jesús como su
Salvador. Ese día hubo fiesta en los cielos y esa es nuestra esperanza y la
esperanza de todo aquel que muere creyendo en Jesús, pues el que muere en
Cristo sólo duerme.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Como está escrito en
las sagradas escrituras, "Para mí el vivir es Cristo mas el morir es
ganancia (Filipenses 1:21)".<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hoy
nuestra hermana ha ganado.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Aunque ahora es
difícil de entender, la realidad es que nuestra hermana ha pasado de muerte a
vida y no importa que una persona haya aceptado a Jesús hace diez años o diez
minutos antes de la muerte. Jesús aun estando en la cruz del calvario le dijo a
uno de los ladrones, "en verdad te digo que desde hoy estarás conmigo en
el paraíso (Lucas 23:43)". <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para
Dios el tiempo no es factor de preocupación como lo es para nosotros, lo
importante es que lo aceptemos a tiempo. Jesús murió por nuestros pecados y
venció la muerte por nosotros para darnos una vida eterna a su lado.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Como está
escrito, "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu
victoria? </span>(1 Corintios 15:55)".<o:p></o:p><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La muerte, como
la conocemos, es sólo una versión ampliada y prolongada del estado de reposo
del que nuestro cuerpo hace uso para descansar.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Pero ¿qué pasa
cuando morimos?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La escritura nos
dice que "del polvo fuimos creados y al polvo volveremos (Génesis 3:19)",
pero el espíritu vuelve a Dios que lo dio. Sin embargo, nuestra alma irá al
lugar que hayamos decidido mientras estuvimos en vida. Cuando morimos se
produce un proceso tan complejo, que es imposible para nosotros como simples
mortales poder verlo o entenderlo; sin embargo lo creemos mediante la fe.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Al morir nuestros
cuerpos irán a la tumba fría y oscura, pero nuestras almas irán al paraíso de
Dios para descansar hasta el último día. Es por ello, la importancia de que
Dios habite en nuestros corazones. Con Jesús en el hogar, no sólo se vive en
armonía sino que él es el único que hace posible que después de este proceso
que es parte de la vida, nos podamos reunir nuevamente con nuestros seres
queridos en aquel lugar tan maravilloso. Dios les bendiga.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Fue un momento
muy triste. Las lágrimas no cesaban y a medidas que se acercaban los últimos minutos
para depositar el cadáver en tierra, el lamento se agudizaba. Era como si las
gargantas de los allí presentes fueran a reventar en pedazos. Cuando todo hubo
terminado, me despedí de los familiares y me encaminé a tomar mi vuelo a casa.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloCuatro;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo Cuatro</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloCuatro;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloCuatro;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">De camino al
aeropuerto, el dolor me mataba por dentro. Nunca dediqué tiempo para reparar mi
relación con mi hermana y ahora me arrepiento de no haberlo hecho. Dejé que mi
corazón se adormeciera y que nuevamente se llenara de rencores. El tiempo pasó
esperando que yo me decidiera o que el momento perfecto llegara. Ese momento
nunca llegó y ahora es demasiado tarde. Ya ella no está. —Dios, ¡qué mal me
siento! —exclamé.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En la puerta de
abordar, entre la multitud pude divisar a un joven cuyo rostro me parecía
conocido, pero continué y no presté importancia. En camino hacia mi asiento,
percibo que quien se sentará a mi lado por el resto del viaje, es aquel joven
que vi anteriormente y que por alguna razón me era familiar.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Disculpa —le
dije, mientras ocupaba mi asiento.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Coloqué mi
equipaje debajo del asiento delantero y comencé a leer la carta de seguridad
que estaba en el bolsillo del asiento frente a mí. Me detuve para escuchar la
azafata que acababa de tomar el alto parlante para dar los anuncios de lugar.
Al terminar, apagué mis dispositivos electrónicos y me dispuse buscar mi
almohada de cuello para dormir una siesta durante el viaje. Estaba en ello
cuando de repente una pregunta invadió mi privacidad.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿De dónde eres?,
me pareces conocido—. Era el joven que ocupaba el asiento junto a mí.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Nací en Hato
Mayor, pero me crié en San Cristóbal —le dije.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando le
mencioné San Cristóbal, su rostro se iluminó como el cielo cuando desaparecen
las nubes grises y oscuras.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Creo que te
conozco —me dijo nuevamente.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿De dónde? —no
dudé en preguntarle.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Tú fuiste mi
profesor de idiomas cuando estudiaba en el programa para adultos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Bajé mi cabeza
con ligera vergüenza admitiendo mi mala memoria y le dije: <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Sí, recuerdo
aquellos momentos. Perdona que no te haya reconocido al instante. La verdad es
que es difícil para los maestros memorizarse todos y cada uno de los rostros de
los estudiantes.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Y ¿por qué te
sientas aquí tan lejos?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Por lo general
me gusta tomar los asientos sobre las alas del avión, porque aprendí en la
academia que es la estructura más fuerte del avión, ya que ahí es donde
depositan el combustible. Por consiguiente, es lo más reforzado y en caso de un
accidente sería donde estaría el mayor porcentaje de sobrevivencia. <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">De esa manera
continuamos la conversación bajo una atmósfera más amistosa y agradable, debido
a nuestro pasado. Después de unos minutos, le pregunté que había sido de su
vida. Se acomodó en su asiento y me dijo:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Cuando tú
impartías clases, yo cursaba el cuarto nivel de bachillerato, estaba divorciado
y sin hijos.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¡Qué pena! —le
interrumpí— ¿Qué sucedió?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Mi esposa y yo
no nos entendíamos. Peleábamos mucho. Al principio eran sólo peleas verbales
que luego se tornaron en físicas. No encontraba cómo remediar nuestra situación
así que me refugié en el alcohol buscando mitigar mi aflicción, pero de nada
sirvió. A veces llegaba tarde del trabajo, muy cansado y agobiado. Por ello,
decidí dejarlo para buscar algo mejor, lo cual me tomó unos meses para
conseguirlo. Nuestras peleas se agudizaban día tras día hasta que llegué a
golpearla muy fuerte varias veces. No sabía qué hacer. Mi único amparo estaba
en el alcohol. Luego llegamos al punto de la incomprensibilidad y lo mejor fue
la separación. <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Y qué sucedió
luego? —insistí.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Mis padres se
separaron cuando yo tenía apenas ocho años de edad. Mi madre vino a vivir y a
trabajar aquí en Miami, buscando un futuro mejor para mí. Yo vivía con mis
abuelos, los padres de mi madre, mientras terminaba la escuela. El punto es que
después que atravesé todo aquello, decidí venir a vivir con mi madre, para
tratar de rehacer mi vida nuevamente. Conocí una joven de origen peruano en el
bar donde trabajo. Las cosas entre nosotros no han sido perfectas pero ya
tenemos dos años de casados. Ahora regreso de visitar algunos de mis familiares
aquí en la isla. Mi esposa no pudo acompañarme por causa del trabajo. <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Pero dime de ti.
¿Qué ha sido de tu vida? ¿A qué te dedicas en este país?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me hizo mil preguntas
a la vez. Me preguntó como quien tiene una sed insaciable de saber mi historia.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Gracias a Dios
me va bien. Estoy casado y seré padre por segunda vez. Tengo mi propio negocio.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿En serio? —reaccionó
sorprendido.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Así es —afirmé.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Yo quisiera eso,
poder lograr el sueño americano. Tener una buena casa, un carro lujoso y mucho
dinero.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Tú crees que
ese es el sueño americano? —lo interrumpí buscando una respuesta a lo más
importante.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Y cuál es el
sueño americano?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Si el sueño
americano se definiera por casas grandes, carros lujosos y mucho dinero,
entonces el setenta por ciento de la humanidad estaría perdida.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Por qué dices
eso? —me pregunta con el ceño fruncido y la vista confundida.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Es una larga
historia explicarte.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Es un largo
viaje —dijo con una sonrisa a medias.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Regresé la
almohada de cuello en mi equipaje. Tomé aire y me dispuse a explicarle.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Alberto, los
sueños son una transición de emociones e imagenes que se desarrollan
involuntariamente en tu mente cuando duermes, pero lo más importante es, que en
tus sueños todo es posible. En ellos no hay obstáculo o impedimento, el tiempo
y el espacio no son inconvenientes para ti. En tus sueños tú eres el arquitecto
y diseñador, tú eres el amo y señor. Y si lograras la habilidad de saber que
estás soñando y poder a cierto grado, manipular esos sueños, nada sería
imposible para ti. Aplicando esos conocimientos en la vida real, entenderás por
qué los sueños se hacen realidad. Porque en ellos todo es posible. Sin embargo,
no todo el mundo tiene la capacidad para soñar. En el sentido literal de la
palabra tu mente convierte en sueños todo aquello que te rodea, tu ambiente,
entorno, pasado, etc. Es difícil soñar con lo que no se ha visto o de lo que no
se ha escuchado. Es por ello que se cree, que las personas que desde su
nacimiento no han hecho uso del sentido de la vista, no pueden soñar. En la
parte figurada, sucede lo mismo, no todo el mundo puede soñar, por una razón u
otra. Unos porque se han acostumbrado a la vida que llevan, otros se conforman
con lo que tienen y algunos han sido grandemente decepcionados en la vida y
abandonaron los sueños que una vez tuvieron.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Desea algo de
tomar señor?—. Fuimos interrumpidos por la azafata.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—No gracias —le
respondí y continué con mi explicación.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—El sueño americano,
en mi opinión es una ideología. Es la esperanza que tiene la gente de venir a
este país a trabajar, a poner en práctica sus habilidades, porque entiende que
aquí les serán valoradas. Porque aquí las oportunidades y el sueño de una vida
mejor tienden a hacerse realidad no sólo para ellos, sino también para sus
hijos y los hijos de sus hijos. Lo contradictorio es que en este mismo país
personas que nacieron y se criaron aquí, no han alcanzado el sueño americano.
Lo cual me ha llevado a sustentar la teoría de que el sueño americano es una
forma de pensar, que se puede hacer realidad en cualquier otra nación o cultura
de la tierra.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Cómo se logra
el sueño americano profesor?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Alberto, en mi
caso, desde niño siempre soñé con ser grande. Aunque no era nadie ante la
sociedad, siempre me veía siendo alguien importante en el futuro. Creo que
nadie me creía cuando lo decía. Pero hoy me ven y deben reconocer que siempre
estuve en lo cierto. Todo comienza con tu manera de pensar. Lo que hoy ves, lo
que puedes tocar y todo lo que hay en el mundo nació de una idea. En tu mente
se origina tu futuro. Y tu futuro será como pienses acerca de ti mismo. Soy el
mayor de cinco hermanos y nací en Hato Mayor del Rey pero pasé gran parte de mi
vida en San Cristóbal, ambas provincias de la República Dominicana. Una isla
bendecida por Dios y maldita por los políticos. Se encuentra situada en medio
del mar Caribe y el Océano Atlántico. Posee un esplendor cultural impresionante
y una verde y delicada vegetación que se aprecia desde las alturas. Sus
conquistadores la llamaron La Española, dándole el privilegio de ser el lugar
con el primer asentamiento europeo en el nuevo mundo. Al recordar la historia
de mi vida, mi mente se remonta a un día seis de enero.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ese día el sol
salía por el lado acostumbrado, calentando con sus rayos la tierra fría y
húmeda por el sereno de la noche. En las calles inertes y negras por el color
del asfalto, se escuchaba el bullicio de los niños desde tempranas horas de la
mañana, impacientes por ver sus nuevos juguetes. Todo empezaba a cobrar
vida.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yo no era la excepción. Me levanté
de mi cama y corrí a ver qué me habían puesto los Reyes Magos. Ese era el mito.
Siempre supe que eso no era verdad, que sólo era un dicho para mantener viva la
tradición de una cultura extranjera.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ahí estaban
nuestros juguetes; mi pistola roja con balitas de plástico de color amarillo.
No recuerdo qué tenían mis hermanos pero sus sonrisas me hacían pensar que
también eran afortunados como yo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La verdad no era
algo que veíamos con frecuencia. Algunos niños no eran tan afortunados, pues la
vida a veces no es como se vislumbra, ni como se anhela. Hay quienes saben
disimular su dolor cuando llegan días como esos, pero la verdad es que el
corazón se quiebra de dolor e impotencia al ver como sus amigos disfrutan y
ellos no.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mis hermanos y yo
siempre fuimos unidos y nos queríamos mucho. A veces sentíamos que todo lo que
teníamos en la vida era el uno al otro y así fue por muchos años. Mi hermano
Gerardo y yo, aprovechábamos cada momento cuando mi madre no estaba en la casa
para jugar.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Jugábamos todo
tipo de juego: veo veo, con toallas usándolas como si fuéramos súperhéroes,
también hacíamos ejercicios para parecernos a esos actores de películas con
cuerpos musculosos. En aquellos días estaban de moda las películas de Rambo y
el Exterminador. No nos preocupábamos de que mi padre llegara a la casa y nos
encontrara jugando sobre la cama, ya que casi nunca estaba. Siempre estaba
trabajando, al menos eso era lo que decía mi madre.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Nuestro vecindario
era uno pequeño donde cada quien se conocía. Siempre había vecinos que por ser
amigos de la familia tenían de cierto modo la responsabilidad de cuidar de los
hijos de los vecinos. Lo curioso era que sólo estaban presentes para castigar y
nunca se les veía para ayudar cuando se les necesitaba. Además de limpiar y
ayudar a mi madre en las cosas de la casa, lo cual hacíamos todos los días,
pasábamos el tiempo libre haciendo las tareas de la escuela, los ejercicios de
matemáticas, practicando los números y el abecedario tantas veces como fuera
necesario, hasta dominarlos con satisfacción. Desde niño me imaginaba siendo
una persona con dedicación a mi trabajo y responsabilidad en mis compromisos.
Hasta este tiempo sólo éramos mi hermano Gerardo y yo. Mi hermano menor Gabriel
aún no había nacido, pero cómo olvidar aquel día.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La llegada de un
nuevo ser es una que trae al principio dolor y mucha planificación, pero
después de nacida la criatura, la alegría no se puede medir. El dolor físico
que conlleva este acto y la preocupación por lo que pueda faltar para el bebé,
son automáticamente reemplazados por una alegría que sólo saben describir los
protagonistas de la obra.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Recuerdo aquella
mañana, no era una mañana cualquiera. El sol no tardaba en salir. Las bodegas abrían
sus puertas para atender al público. Mi tía, quien estaba en la casa en ausencia
de mis padres, me envió a comprar algo, no recuerdo qué. Mis padres estaban en
el hospital, mi madre se preparaba para traer mi hermano más pequeño al mundo.
A este mundo donde todo es incierto, donde hay que luchar para mantenerse vivo,
donde es difícil conseguir las cosas, donde la gente es tratada con
indiferencia por el color de la piel, por el idioma que habla o por la
diferencia de la clase social a la que pertenece. A ese mundo venía mi hermano.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Estando mi madre
embarazada, solía invitarnos para tocar su vientre, porque la criatura se movía
dentro de ella como si quisiera salir, como si ya no aguantara el estar
encerrado o como si se aburriera por estar tanto tiempo en el mismo lugar.
Alimentándose sólo por lo que mi madre le proveía. Supongo que él también
quería su propia independencia. Pero ahora está aquí, de este lado, sin vuelta
atrás.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Llegué de comprar
lo que debía, minutos después llegó mi madre del hospital con el niño en sus
brazos, apretado a su pecho. Lo miré como si temiera perderlo. Mi corazón fue
invadido por la alegría de ver a mi nuevo hermano. Un sentimiento casi
indescriptible me invadía. No me atrevía a tocarlo, temía que mis manos sucias
por el sudor de haber corrido y el polvo de la calle lo enfermaran.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El nos miraba a
mi hermano Gerardo y a mí con sus ojos grandes y negros. Con la vista
extraviada tratando de reconocer quiénes eran los espectadores; pero dudo que
con tan tierna edad pudiera lograr su cometido. Su piel suave como la lana, sus
manos empuñadas preparadas para pelear y sus gritos desesperantes cuando tenía
hambre, todo era parte del paquete.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi madre con
cuidado único, nos invitó a tocar a quien por siempre estaría con nosotros en
todos los momentos. Fue un momento muy emotivo. Sentí desde aquel instante la
responsabilidad de cuidar de él como hermano mayor y protegerlo si fuera
necesario con mi propia vida.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloCinco;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Cinco</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloCinco;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloCinco;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloCinco;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Es difícil para
mí recordar como estaban las cosas entre mis padres o el motivo que los llevó a
la separación. Una tarde cualquiera, al menos eso pensé yo, pero que sería una
tarde que cambiaría el curso de nuestras vidas para siempre, llegué de la
escuela y vi a mi madre sentada en la única mecedora que teníamos con una carta
en sus manos. Mientras la leía sus ojos se humedecían y lágrimas rodaban por su
rostro. Le pregunté que le sucedía y me dijo: —esta carta es una carta de
divorcio, tu padre me la envió—.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me quedé pasmado,
la respiración se me hacía escasa, no sabía qué decir o que pensar, sólo me
limité a escucharla mientras se desahogaba. Casi no podía entender lo que me
decía, sus palabras estaban envueltas en llanto y me dio mucho miedo verla en
ese estado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mis padres tenían
personalidades tan distintas como es el espacio entre el cielo y la tierra.
Quizás por eso se separaron. Mi madre era fría y temperamental. Mi padre era
todo lo contrario. Con él no nos sentíamos asustados. Siempre lo vimos como la
parte comprensiva en lo que una vez fue nuestro hogar. Con él teníamos más
confianza de jugar, hacer travesuras en la casa, incluso hablar de cualquier
tema. Mi padre una vez fue locutor y en algunas ocasiones me cuentan que le
escucharon transmitir por la radio local del pueblo. Yo nunca tuve la
oportunidad de escucharlo, pero me hubiese gustado haberla tenido.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En los días
siguientes después del divorcio, mi padre comenzó a visitarnos mensualmente.
Siempre le preguntaba a mi madre dónde se estaba quedando, si ya no vivía con
nosotros. Para entonces mi hermano menor, Gabriel, tenía nueve meses y yo el
mayor de los hermanos contaba con apenas cinco años de edad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Los días seguían
transcurriendo y la situación en mi casa se agudizaba cada día más. Mi madre
tuvo que salir a la calle a buscar trabajo para poder mantenernos. Era una
mujer que no tenía mucha formación escolar, ni siquiera había terminado el
bachillerato, pero se defendía bien en la costura.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Después de tanto
buscar al fin encontró un trabajo mientras yo me quedaba en la casa cuidando a
mis hermanos, cocinando y limpiando la casa. Tuve que aprender a limpiar,
barrer, suapear, fregar los trastos de la cocina, lavar la ropa de todos, entre
otras cosas. Era una tarea de casi todos los días lo cual me hacía terminar el
día hecho pedazos del cansancio.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando mi padre
venía a visitarnos a la casa, nos daba cinco pesos, con los cuales comprábamos
pan de batata. Un tipo de vívere que se usa para hacer varias cosas entre ellas
las habichuelas con dulce, pero mi favorito era el pan. Dulce, color verde con
negro, exquisito como si fuera hecho con todo el amor del mundo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En mi casa las cosas
continuaban empeorando, sentía que para mí todo era trabajar en la casa y
cuidar de mis hermanos. Todo era tristeza y soledad. Había necesidad de todo,
necesidad de esto, necesidad de aquello, hasta de necesidad de morir. Mi madre
fue desarrollando una personalidad llena de amarguras y rencores hacia la vida
con la cual me fue contagiando. Siempre me llamaba a su lado para contarme lo
mal que mi padre se había portado por haberla abandonado con mis hermanos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En la mente de un
niño no existe la capacidad para entender que sus padres se separen. En una
relación de familia, los padres constituyen el equilibrio emocional y moral de
los hijos. Cuando uno de los dos se ausenta del hogar, quienes sufren más las
consecuencias son los hijos. Comienzan a desarrollar traumas psicológicos, que
a simple vista, no se pueden percibir. Sin embargo, se reflejan en la escuela,
en la forma de vestir, de hablar y si no se tratan a tiempo, se convertirán en
una bomba de tiempo. Luego nos preguntamos por qué los hijos llegan a hacer de
la forma que son.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi vida escolar
fue muy difícil. Llena de miedos, inseguridades y poco sociable. Asistí a más
escuelas de las que puedo recordar. Mi primer grado lo cursé en una escuela
algo retirada de donde vivíamos. Tenía que estar a tiempo, eso demandaba
levantarme temprano y prepararme con mucha premura para estar a la hora en
punto.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Recuerdo que
había un árbol de jobos en el camino hacia la escuela, me gustaba pasar y
recoger algunos para comerlos como merienda, ya que no tenía dinero para
comprar en el receso.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En esos tiempos
se escuchaba el rumor de que personas con mal corazón y ambiciones oscuras
andaban en autos de color negro, secuestrando a los niños para vender sus
órganos en el extranjero por muy buen dinero en el mercado negro, así que cada
vez que veía un carro negro, me llenaba de miedo y pánico. Trataba de alejarme
lo más pronto posible. No teníamos lo que tienen en países más avanzados, un
autobús escolar para llevar y traer los niños de la escuela, cada quien debía buscar
la forma de cómo llegar.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Siempre traté de
ser un buen estudiante. Escuchaba decir a mi madre: apúrate, apúrate. La
palabra traía a mi mente la imagen de un puré de papas, pero entendía lo que me
decía. En mi afán de apurarme casi siempre obtenía A y B en mis calificaciones
durante mi primer grado. Me sentía poderoso cuando llevaba a la casa una buena
calificación.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Marcado por las
heridas de un hogar destruido, donde la ausencia de un padre era notoria y una
madre que se dedicaba a envenenar mi mente, recordándome las transgresiones de
mi progenitor: desconfianza y baja autoestima fueron definiendo mi
personalidad. Comencé a desarrollar ciertos complejos sociales y traumas
psicológicos, que apenas podía comprender la magnitud de lo que me decían. Por
las noches solía llorar, lleno de angustia y confusión, sintiendo en nuestro
hogar, la presión de la necesidad que violentamente azotaba nuestras vidas con
el más implacable de los castigos. Veía como mi niñez se desvanecía ante mis
ojos, convirtiéndome en hombre sin haber llegado a la pubertad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando cursaba mi
primer grado, un niño notó esa deficiencia personal en mí. Cada día solía
molestarme lo que hacía de mi vida un infierno.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El abuso físico o
verbal, político o emocional es algo que ha existido desde tiempos remotos y
sólo se detendrá cuando la víctima decida que debe haber un cambio. No más,
hasta hoy, estoy harto, me dije a mí mismo. Se lo comenté a la maestra pero mi
petición fue ignorada. Siempre escuché a la gente decir un proverbio, "no
hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista." Después de haberle
dicho hasta la saciedad, que por favor no hiciera mi vida más pesada de lo que
ya era y haberle notificado a la maestra del problema, me decidí a resolverlo
yo mismo. Un día tomé un lápiz y le afilé la punta con mucho cuidado. El, con
mayor edad y tamaño, como de costumbre vino a molestarme. Lleno de dolor e
impotencia, no lo soporté más y le clavé la punta del lápiz en un brazo.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En vista de lo
sucedido la maestra decidió hacer algo por nosotros, pero ya el daño estaba
hecho. Me castigó de pie frente a una pared con los brazos hacia arriba por un
largo tiempo. Me sentí mal por lo que había hecho, pero al mismo tiempo me
sentí libre, porque a partir de ese momento ya nadie me molestaba. Ahora podía
concentrarme en mis estudios libremente.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloSeis;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Seis</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloSeis;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloSeis;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloSeis;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Nuestra situación
continuaba siendo precaria, recuerdo que llegué a usar fundas plásticas como
mochilas y tapas de frascos de inyecciones como borrador. No tenía confianza de
hablar con mi madre y mi padre no estaba accesible. Mis hermanos eran pequeños
y no entendían lo que yo sentía. Pero ¿entender qué? Si yo mismo no estaba
seguro de entender lo que sentía. Preguntaba a mi madre dónde estaba mi padre,
por qué se había marchado y cuándo regresaría. Su respuesta no quitaba mi
dolor. Me sentía sólo y abandonado. Acostumbraba a sentarme sólo frente a la
cera de la casa para meditar en los atardeceres lluviosos y sentía cómo una
brisa gélida secuestraba mi tranquilidad. Llegué a pensar, que nosotros éramos
los responsables de que ellos se hayan separado. ¡Grave error! Un sentimiento
de culpa se adueñaba de mí y me hacía sentir que era merecedor de tanto dolor.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Para ese tiempo
solía preguntar a mis padres por qué se habían separado, en cada ocasión
recibía una respuesta diferente, que terminaba dejándome más confundido, luego
de unos años desistí. Después que crecí y maduré, entendí que algunas cosas
suceden y que toda relación con débil fundamento está destinada a fracasar. Hay
algo que con el tiempo después de observarlo repetidamente, en diferentes
familias, lo he llamado "el síndrome de la separación".<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Una separación no
sucede de la noche a la mañana, es un proceso paulatino, que afecta a todos los
involucrados y tiene que ver con algunos factores: el tiempo que los miembros
de la familia deben dedicarse exclusivamente para ellos, es decir, tiempo de
calidad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No es un tiempo
de calidad en el cual se hacen actividades contando con la presencia de uno de
ellos. Por ejemplo; ver televisión, ir de compras o ir a la iglesia. Es
imprescindible, para que ese tiempo sea de calidad, que sea exclusivamente
dedicado para él, ella o ellos. No es la hora del día ni el tipo de actividad
lo que determina si es tiempo de calidad: es la devoción y pasión que pones en
ello. Cualquier actividad rutinaria puede convertirse en un tiempo al que se le
agrega calidad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En el mundo en
que vivimos, donde las cosas giran a una velocidad inimaginable y la vida es
tan agitada, es difícil hacer tiempo de calidad para los demás, pero es
necesario. A veces las parejas no coinciden en la casa y no disponen de
suficiente tiempo para verse debido al contraste de sus horarios. Así cuando él
sale al trabajo ella duerme, cuando ella sale él aún está trabajando, cuando él
llega para almorzar, ella aún no ha llegado, cuando ella llega a la casa él aún
no ha terminado, cuando él llega, ella y los niños están durmiendo. Y así, de
esa manera se pasa la vida.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No dedicar tiempo
de calidad para compartir con la pareja y con los hijos es destructivo. Colmar
los hijos con regalos y cosas materiales no llenará el vacío, no suplirá la
necesidad emocional que hay en ellos. Los regalos caros, los helados sabrosos y
la abundancia de cosas materiales nunca podrán reemplazar el calor de un padre
o la ternura de una madre. Sin embargo cuando no existe tiempo de calidad se
presentan otros factores como es la barrera del idioma, que consiste, como su
nombre lo indica, en una barrera.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El idioma en sus
diferentes formas, hablado, escrito o por señales es el factor principal para
que pueda haber comunicación. En los tiempos bíblicos, los hombres tenían un
mismo lenguaje. Decidieron edificar una torre muy alta que llegara hasta el
cielo y no sólo demostraron gran determinación y fe en que podían lograrlo,
sino que también vemos, cómo el lenguaje juega un papel muy importante. Dios,
sabiendo que morirían en el intento, pues cuando llegaran a la exosfera la
falta de oxígeno los mataría, decidió descender y cambiar el lenguaje de cada uno
de ellos, de forma que nadie podía entenderse. Al verse en esa situación,
dieron por terminada la edificación que habían comenzado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En una relación
familiar o de parejas sucede algo parecido, el idioma lo constituyen las emociones;
el afecto, el cariño y la comprensión. Cuando estas desaparecen, se erige una
barrera, la comunicación desfallece y muere la relación. Estoy cansado, no
tengo tiempo ahora, tengo dolor de cabeza, ¿qué quieres ahora?, son de las
expresiones que suelen acompañar las emociones negativas. Luego de esto viene
el reemplazo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Todos los seres
humanos poseen la capacidad de poder adaptarse a un nuevo medioambiente o a una
nueva relación. Lo que lo hace posible es poder reemplazar una cosa por otra.
Si vives en un país de clima tropical y te mudas a otro de clima frio,
ejercitarás esa capacidad. Lo mismo sucede con los alimentos. En toda relación
se debe luchar por no llegar a este punto. Una vez allí, no es imposible, pero
se hace cuesta arriba mantener viva la relación. Todos los seres humanos
tenemos necesidad de algo; amor, alimentos, aire, agua, dinero. Cuando estas
faltan, tratamos de sustituirlas. Cuando no pasas tiempo de calidad con tus
hijos o pareja, sino que la mayor parte del tiempo la dedicas al trabajo o a
los amigos, esto es indicativo de que estás echando a un lado lo más
importante.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La necesidad de
estar en el hogar, compartiendo con los hijos y dedicando tiempo a la pareja,
se irá reemplazando progresivamente por el placer que brinda estar en compañía
de los camaradas o la satisfacción que sientes al ascender un peldaño más en el
trabajo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Entonces la forma
de amarse no es la misma. Ahora el estar juntos se siente como un trabajo y no
un placer. Ahora se lucha por mantener la relación viva; pero no se disfruta y
estas cosas van marcando las vidas de los involucrados.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ese es mi caso
Alberto, notaba la ausencia de mi padre, mucho tiempo fuera de casa, pienso que
todo eso dio lugar para que su corazón se llenara del amor espectro que brinda
el estar involucrado en asuntos de trabajo, amigos y otras cosas de la vida que
nunca terminan y que arrastran como un buey arrastra el arado cuando surca la
tierra; lento pero seguro.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloSiete;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Siete</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloSiete;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloSiete;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloSiete;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Esporádicamente
recibíamos la visita de nuestros abuelos que siempre eran bienvenidos. Mis
hermanos y yo disfrutábamos esas visitas. En una de esas visitas, mi abuela
maternal decidió ayudar a mi madre abriendo un pequeño negocio en la parte
frontal de la casa. Hicimos una improvisada división de cartón y un pequeño
mostrador para colocar víveres, arroz, granos, aceite, guineos maduros y todo
aquello que mi abuela pensaba que el vecindario podría demandar. Y en efecto la
gente comenzó a llegar y el negocio empezó a producir.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi abuela me fue
envolviendo en el negocio y esto se convirtió en una especie de escuela para
mí. Ella solía decir la frase que mi madre por muchos años nos decía, "yo
no seré pa’ semilla". Tiempo después la entendí. Mi abuela era una mujer
que le gustaba trabajar, casi al punto de la obsesión. Veía trabajo dondequiera
y si no había, lo creaba, así vivió hasta el día en que murió. Quizás fue lo
único que conoció en la vida. Yo por mi parte, me sentía muy bien ayudando en
el negocio. Por ello me gustaba pasar tiempo en eso y se convirtió en una
terapia para mí.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Pero luego perdimos
el contracto de la energía eléctrica, así que tuvimos que usar lámparas de gas
por mucho tiempo. Ahora no podíamos ver televisión y como nunca habíamos tenido
una nevera por lo menos no sentíamos la necesidad de ella. A medida que pasaba
el tiempo, tratábamos de vivir un día a la vez.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi madre, por su
parte, se desahogaba contándome cosas de mi padre. Me decía que él era un mal
padre así como lo fue de esposo en el matrimonio, que nos había dejado por otra
mujer, que se había olvidado de nosotros. Ponía palabras en mi boca para que
cuando mi padre viniera a visitarnos, yo me sentara con él a echarle en cara
todas las desgracias y calamidades que estaba haciéndonos pasar, que su
abandono y falta de apoyo a su familia estaba destruyéndonos lentamente, que él
sabía que ella no tenía una fuente para ganar dinero y aun así la abandonó. No
entendía del todo las palabras que ella decía, pero de alguna manera esas
palabras traspasaban mis oídos y llegaban a mi mente. Me hacían sentir una
rabia descomunal y desmedida que no podía apaciguar.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Esperaba el
momento de su llegada. La forma en que le diría en su cara, las tantas cosas
que sentía, el odio que consumía mi pecho a fuego lento y la tristeza que
marchitaba mi alma, cual hermosa flor al atardecer. Pero como la mente es un
mundo que no tiene fin, en ella puedes crear tantas cosas que a veces no tienen
sentido en la realidad. Cuando mi padre llegaba, no sabía qué hacer, tenía el
deber de hablarle o mi madre se enojaría conmigo. Me sentía en medio de una
lucha que yo no había iniciado pero que por alguna razón debía ser el mediador.
Al final, terminaba diciendo nada. Prefería dedicarme a disfrutar los escasos
momentos que teníamos con nuestro padre.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Un día llegó a la
casa un hombre de piel morena y estatura normal. Era un vendedor de empanadas
rellenas de mermelada de guayaba que tenían un sabor único. Mi madre y él
comenzaron a hablar acerca de cosas que nunca supe. Siempre que venía alguien a
la casa, mi madre nos decía que nos fuéramos a la habitación. Decía que no era
buena educación que los niños estuvieran presentes cuando los adultos
conversaban. El señor de las empanadas comenzó a venir más a menudo y siempre
nos traía de esas deliciosas empanadas.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">A mis nueve años
descubrí que mi madre estaba embarazada del hombre que un día llegó como
visitante. Semanas después nos dijo que se mudaría a casa de su hermano que
vivía en Samaná. No entendía nada de lo que allí sucedía. Primero nuestro padre
nos abandona y ahora también nuestra madre, ¡Qué pecado habíamos cometido para
merecer tanto abandono, tanto dolor! o ¿Qué haríamos en el futuro que ahora lo
estábamos pagando?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Llegó el día en
que mi madre se mudaría y nos quedaríamos solos. Nos dijo que cuando ella se
fuera, nosotros nos iríamos a vivir donde nuestros abuelos, los padres de mi
padre. Un camión de mudanzas llegó en la tarde de ese día para recoger las pocas
cosas que había en la casa y cómo en un soplido la casa quedó como un desierto.
Llena sólo con la ausencia de una familia que dejó de existir allí, antes de
dejar de existir.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Fue un día
devastador para mí. Caminaba por la casa vacía sin saber qué dirección tomar,
sin saber qué buscaba, un consuelo quizás, un rincón donde llorar, donde poder
derramar mis lágrimas hasta que mis ojos estuvieran secos y mi voz se apagara.
Mi cuerpo estaba dolido. Mi alma literalmente no aguataba más sufrimientos. Caminaba
por la casa y el fantasma de la soledad me perseguía, era prisionero del temor.
El temor a la soledad. Fui a casa de la vecina de al lado, tal vez hablando con
ella me sentiría mejor. Mi abuela recogía las cosas del negocio. Mis hermanos y
yo tomamos nuestra ropa para ir donde los abuelos paternos y nos marchamos sin
mirar atrás. Era una tarde fría y el sol se había ocultado. Sentía que hasta la
naturaleza nos daba la espalda.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Cuando llegamos,
mis abuelos se sorprendieron de vernos. Al parecer ellos no conocían del
asunto, pero no dudaron en darnos alojamiento. Yo no sabía qué hacer o decir.
Nos mostraron la única cama donde dormiríamos y éramos tres. Mi abuela nos
advirtió sobre el abuelo diciendo que era un hombre difícil, me asusté muchísimo.
Cuando escuchas esas palabras acerca de una persona por lo general no es bueno.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ahora en casa de
nuestros abuelos, veíamos a nuestro padre todas las semanas. El venía y daba a
mi tía algo de dinero para ayudarse con la comida de nosotros. Los padres de mi
madre también vivían relativamente cerca. En casa de los abuelos había un
pequeño negocio en el que se vendía: pollo, verduras, víveres y otras cosas
esenciales para la comida diaria. Con mis abuelos vivía tía María, quien aún no
se había casado y cuidaba de sus padres. Era una mujer muy amable, de carácter
dulce y afable. Asistía a la iglesia casi todos los días junto a la abuela
Magdalena.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Iba a la iglesia
con ellas por las noches y poco a poco me fui destacando en la escuela bíblica
y aun en el servicio de los adultos. Allí conocí mucha gente buena. La iglesia
estaba localizada frente al cementerio, en un sector que se llama Barrio Puerto
Rico, así fue como le perdí el miedo a los muertos. Aprendí, que sólo los vivos
son los que hacen algo para dañarte.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Tía María estaba
encargada de limpiar la iglesia y también de vender los pollos en la bodega de
los abuelos. Cada mañana se la veía venir en una motocicleta con varios pollos
para vender en el negocio. Dormía en el piso de la iglesia, lo cual yo llegué
hacer varias veces porque en casa de los abuelos sólo había una cama y era de
un sólo nivel. Mis hermanos dormían en ella y yo tiraba sacos y sábanas viejas
en el piso para dormir. Lo que me hacía ser el último en ir a dormir y el
primero en levantarme.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La casa de los
abuelos sólo tenía dos cuartos, no había cocina y el baño era una letrina que
estaba en la parte atrás del solar de la casa. El piso era de tierra, por eso
siempre había mucho polvo y era necesario limpiarlo todos los días. Recuerdo
que los víveres eran enterrados en un hoyo en el suelo hasta el día siguiente.
Tía María se encargaba de preparar la comida, pues los abuelos sólo hacían lo
que podían ya que estaban muy avanzados en edad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">De repente algo
sucedió que cambió el curso de las cosas: mi abuela enfermó gravemente, le dio
una enfermedad llamada trombosis cerebral, así recuerdo que decían y desde
entonces nunca fue la misma. Estuvo varias semanas interna en el hospital
Moscoso Puello, mientras que en la casa las cosas se resolvían como se podía. A
menudo venían sus hijos para saber de su estado, los que podían iban al
hospital y todos se encomendaban en las manos de Dios. Los médicos, después de
largas semanas decidieron dejarla ir a casa. Cuando la abuela llegó a la casa,
fue conducida hacia adentro por mi padre y otro de sus hijos que allí estaba
esperando su regreso.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No era la misma
persona, la enfermedad la había cambiado por completo, parecía no tener idea de
lo que pasaba a su alrededor y casi siempre mantenía la vista en un mismo
lugar. Se movía con mucha dificultad. No hablaba, sus funciones fonéticas
fueron afectadas por aquella terrible enfermedad. Necesitaba ayuda para todo.
Pasó el resto de sus días yendo de la cama a una mecedora que había en la sala.
Su alimentación era precaria. No podía comer como antes lo hacía. Todo esto
hacía la carga más difícil para todos en la casa. Aquello me puso muy triste,
de hecho, todos estábamos tristes.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Todavía recuerdo
los detalles del día en que la abuela Magdalena murió: estaba acostada, tía
María dándole una sopa, mientras lo hacía la cuchara con la que le daba de
comer cayó al suelo y en el instante en que tía María recogió la cuchara del
suelo, abuela falleció. Sólo tomó segundos. ¡Qué frágil es la vida! Estás vivo
y en el momento menos esperado dejas de existir.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En seguida hubo
mucho movimiento en la casa. Tía María me encomendó los familiares que vivían
en la cercanía para decirles que la abuela había partido. Tomé el camino más
corto y en seguida todos estuvieron presentes.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El velatorio se
hizo donde Pedro su hijo mayor. Allí acudieron los familiares y amigos a darle
el último adiós. Al día siguiente fue el sepelio. De camino al cementerio,
meditaba en cosas que la abuela decía creer. Ella creía en la vida después de
la muerte, que después de la muerte ya no habría más sufrimientos donde quiera
que su alma fuera a morar y que morir con Cristo es ganancia. Estaba muy
triste, pero al recordar esas palabras mi alma encontraba paz.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></div>
<div style="text-align: center;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloOcho;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Ocho</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloOcho;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloOcho;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloOcho;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Asistí a la
escuela Bernardo Pichardo y allí cursé hasta el séptimo grado. Fue cuando
estaba en cuarto grado que fuimos a vivir con los abuelos y el mismo año en que
la abuela Magdalena murió. Después de su muerte las cosas tomaron un giro
diferente en la casa: ahora tía María se ocupaba más de las cosas del abuelo y
la comida de nosotros, mi padre, por razones que desconocía no venía a vernos
regularmente como lo hacía antes, fue esa la razón por la que no se enteró de
la muerte de su madre sino hasta un mes después de su fallecimiento.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En la escuela
estaba teniendo muy malas calificaciones, estuve a punto de repetir un grado.
Luchaba por ser mejor estudiante,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pero
mi esfuerzo era en vano, no tenía apoyo. Encontraba que todo era mucho para mí.
Faltando semanas para terminar el año escolar, mi madre quiso que fuera a vivir
con ella a la ciudad de la Romana, pero allá en un nuevo grupo de estudiantes y
una escuela diferente, me era difícil acostumbrarme. Mi profesor, desde Hato
Mayor le envió una carta a mi madre pidiéndole que por favor me permitiera
regresar, que no era bueno que mi año escolar fuera interrumpido de esa manera.
Ella lo entendió y me envió de regreso.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Como una forma de
salir de la monotonía, un día, comencé a limpiar zapatos e iba por las calles
de casa en casa preguntando si tenían algún par de zapatos sucios que quisieran
limpiar. Ganaba dos o tres pesos por cada par de zapatos, dependiendo qué tan
sucio estuvieran. Un día pensé quedarme para jugar con los amigos del barrio y
a mi abuelo no le gustó la idea, me dijo que no me quedara en casa vagando, que
los hombres honrados deben trabajar siempre, asi que tuve que salir a limpiar
zapatos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lo que comencé a hacer por
diversión ahora debía hacerlo por obligación.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Así comenzó mi
vida laboral. Ahora debía ir a la escuela por las mañanas y en las tardes a
trabajar. A veces me sentía mal con mi abuelo porque me obligaba a trabajar, no
tenía tiempo para estudiar o jugar. Me hacía lavar su ropa interior
ensangrentada debido a un problema de próstata que padecía y me daba cincuenta
centavos como paga por mi labor. En su mente no estaba la capacidad de
comprender que un niño necesita tiempo para estudiar y jugar de vez en cuando.
Después de la muerte de la abuela se convirtió en un hombre extraño, a veces
sentía que me odiaba.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi primo Alberto y
su hermana con quienes siempre tuve muy buena relación, estudiaban en la misma
escuela que yo. Ellos con su familia vivían en el campo. En los veranos iba a
visitarlos por una o dos semanas. Su padre labraba la tierra, así que les
ayudaba en la faena. Su madre era una mujer de hogar, mantenía la casa limpia y
la comida lista para el regreso de los trabajadores.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Un día le
expliqué a mi primo que limpiando zapatos podía ganar algo de dinero, esto lo
motivó y comenzó a tomar los fines de semana para ir a la ciudad y limpiar
zapatos. Íbamos de casa en casa, preguntando por zapatos sucios. Juntos
formábamos un equipo. Era una grata experiencia compartir con él. El dinero que
obteníamos lo dividíamos en partes iguales. Así mismo debíamos darlo para la
comida lo cual nos dejaba sin nada en los bolsillos al final del día. Recuerdo
que una vez estuvimos ahorrando dinero "por una semana" para poder
comprar una de las hamburguesas que vendían en el parque principal.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Después, para
incrementar los ingresos, vendíamos maní, que costaban veinticinco centavos el
paquetito o lo cambiábamos por botellas vacías de cervezas y refrescos las
cuales despues vendíamos. También vendíamos palomitas de maíz y mangos que mi
primo traía del campo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Para ese tiempo,
mi madre decidió regresar de Samaná. Alquiló una pequeña habitación en uno de
los barrios cercanos donde vivían mis abuelos y nos fuimos a vivir con ella. Yo
debía seguir limpiando zapatos. Tendría algunos once años de edad para ese
entonces. Sentado en una esquina limpiando zapatos, alcancé a ver a un hombre
que tendría algunos veinticinco o treinta años de edad. Se me acerca, empezamos
a hablar sobre la vida y las injusticias que en ella vemos. Me parecía una
buena persona y desde entonces pasaba casi todos los días por la esquina donde
acostumbraba a limpiar zapatos para hablar conmigo. Le comenté a mi madre sobre
un hombre, a quien conocí en el trabajo, que estaba interesado en ser mi amigo;
pero ella no le puso importancia al asunto. Sólo le interesaba saber cuánto
dinero yo podía traer a la casa.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Un día el hombre
a quien conocí me invitó a salir para dar un paseo por el pueblo, me brindó un
helado y fuimos de regreso a la casa. Comencé a tomarle confianza y los regalos
eran frecuentes. Carecía de muchas cosas, veía lo que me daba como bendiciones,
oraciones contestadas. Una noche me invitó a salir, se lo hice saber a mi
madre, pero le dio igual. Al caminar, noté que íbamos por lugares que yo no
frecuentaba, que eran poco familiares para mí e inhóspitos. Las calles estaban
oscuras y las pocas casas deshabitadas. Le tenía confianza y no pensé que me
fuera a hacer daño, pero al mismo tiempo sentí miedo. Si él decidiera hacerme
daño no tendría a quien llamar, si abusara de mí, no habría alguien cerca para
pedir ayuda. Si decidiera correr, él me alcanzaría. Sólo le pedí a Dios que por
favor cuidara de mí. <o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Nos acercamos a
una casa vacía —detengámonos aquí por un momento —me dijo, tomándome por el
brazo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Por qué? —le pregunté con mucho temor.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Descansemos un momento
—contestó.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Nos sentamos en
la galería de la casa que estaba abandonada y comenzamos a hablar. Yo estaba
nervioso. Traté de darle las gracias por querer ser mi amigo y por las cosas
que me había regalado.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Si te sientes
agradecido de mí, déjame besarte —me dijo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿A qué te
refieres?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Déjame besarte si
estás agradecido.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Tenía miedo de lo
que pedía. Se me acercó para besarme y volteé la cara.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Así no, déjame
besarte en la boca.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Mi corazón latía
fuertemente. Comencé a sudar, un gran temor se apoderó de mí. Pensaba mil cosas
a la vez. Tardé unos segundos en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>reaccionar.
No sabía que decir… mientras él insistía.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Si no me dejas
besarte, lo haré por las fuerzas.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Comencé a
suplicarle que por favor me dejara ir, que yo sólo era un niño que quería
trabajar y superase.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—No me importa,
¿crees que esas cosas que te he dado te las di de gratis? Todo tiene un precio.
Ahora necesito que me pagues.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Así es, todo
tiene un precio en la vida. Por lo general, quien te da algo, espera que se lo
pagues. Quien te ofreció la mano cuando estabas postrado. Quien te dio un
empujón cuando estabas a mitad del camino. Quien te dio comida cuando tenías
hambre. Quien te dio ropa y calzado cuando estabas desnudo. Quien te dio un
consejo cuando parecías confundido. Quien te dio trabajo cuando lo necesitabas.
Quien se guardó el secreto cuando te vio hacer lo incorrecto. Quien te dijo,
cuenta conmigo para lo que quieras y cuando realmente lo necesitabas no podía.
Quien te brindó su atención. Quien te dio su amor cuando carecías de afecto. Y
todo aquel que una vez te hizo un favor, espera que un día se los pagues con
los intereses. Piensa que tu vida le pertenece.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me tomó por el
brazo con mucha fuerza —pero no tengo dinero para pagarte— le decía con
lágrimas en los ojos. Trataba de soltarme mientras le suplicaba que me dejara
ir. Me dio un golpe fuerte en el estómago y quedé privado, me faltaba la
respiración. Me empujó con mucha violencia y caí al piso. Al caer me golpeé
fuertemente la cabeza y mis rodillas quedaron inmóviles. Traté de incorporarme,
pero fue inútil. Se echó sobre mí, intenté grita, pedir ayuda, al parecer nadie
me escuchaba. Seguía insistiéndole en que me dejara ir, pero él tomó mi cabeza
y la chocó contra el piso. Sentía cómo pasaba su lengua asquerosa por mi
espalda y luego bajó mis pantalones mientras decía palabras que no puedo
repetir. Yo oraba y decía: si existe un Dios ¿por qué permite que me suceda
esto? ¿Por qué permite que este hombre se aproveche de mí?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Fueron los
minutos más despreciables, asquerosos y miserables de mi vida. Quería morir, me
sentía sucio y nauseabundo. Me odiaba a mismo por haber sido tan ingenuo, por
haber depositado mi confianza en alguien que había abusado de mí. Después de
haberse aprovechado de mí se incorporó y me dijo: recuerda, sé dónde vive tu
familia. Yo estaba aún tirado en el suelo, llorando, débil.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La hora estaba
muy avanzada y mi madre y mis hermanos los suponía acostados, pero en realidad
no quería ir a la casa, quería desaparecer, dejar de existir para siempre. Me
puse de pies y me arreglé lo mejor que pude. Subí mis pantalones y escupí hasta
deshidratarme. Luego tomé el camino más largo para llegar a casa. Ahora no me
importaba dónde estuviera o si era peligroso estar en la calle a esas horas de
la noche. Cuando llegué a la casa mi madre y mis hermanos estaban dormidos tal
como lo pensé. Abrí la puerta con cuidado y me eché en el piso donde estaba mi
cama. Medité y lloré en silencio tratando de olvidar aquella pesadilla. Tenía
miedo de volver a ver a ese hombre, quería olvidar esa noche, borrarla de mi
vida para siempre, como si nunca hubiese existido. Nunca le conté a nadie sobre
aquello. El temor, la vergüenza, la repugnancia que pasé no me dejaba hablar.
Tenía miedo por mi familia, pensaba que si hablaba él lo sabría y les haría
daño a mis hermanos o a mi madre, además, no tenía con quien platicarlo. A mi
madre no le interesaba lo que ocurría en nuestras vidas ni cómo nos sentíamos y
a mi padre hacía tiempo que no lo veía.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Los días
siguientes a ese horrendo hecho fueron llenos de pesadillas y desvelos. No pude
dormir por muchos días, vivía asustado y hasta de mi propia sombra sentía miedo,
luego entendí que era mi mente jugando conmigo. Entré en un estado de
nerviosismo que me tomó muchos años poder superar.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="ForTitlePage" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><a href="http://www.blogger.com/null" name="CapituloNueve"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"><strong><span style="font-size: large;"> </span></strong></span></span></a><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5938666483170861684#ref_contenido"><strong><span style="font-size: large;"><span style="color: blue;"><span style="mso-bookmark: CapituloNueve;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Capítulo
Nueve</span></span><span style="mso-bookmark: CapituloNueve;"></span></span></span></strong></a><span style="mso-bookmark: CapituloNueve;"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="mso-bookmark: CapituloNueve;"></span>
</div>
<div class="CenteredforBook" style="margin: 0in 0in 0pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><strong><span style="font-size: large;">~~~~<o:p></o:p></span></strong></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">¿Cómo se espera
que tengamos un mundo mejor o una sociedad sin delincuencia? Si los que están
destinados a cuidarnos, a protegernos y enseñarnos el buen camino no están
cumpliendo con su trabajo. Luego se preguntan ¿por qué mis hijos son de tal o
cual manera, si yo nunca he hecho nada así? Exacto, nunca hicieron nada. Las
cosas no suceden porque sí, hay que trabajar por ellas. Es cierto que entre las
parejas se presentan problemas que parecerían insuperables y que en ciertos
casos la separación es lo mejor, pero esto no es excusa para abandonar a los
hijos y olvidarse de ellos porque estos van a repetir las acciones que vieron
en sus padres.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Yo sentía que
nosotros no les pertenecíamos a nadie, excepto cuando hacíamos algo que no era
del agrado de los adultos. En tales casos siempre había suficiente personas
para castigarnos; tíos, abuelos, padres, siempre estaban dispuestos para usar
el látigo cuando consideraban que era necesario. Malditos tíos, abuelos y
vecinos, creen que criar es sólo dar comida y tamaño, en eso no se distinguen
mucho de los animales. Nunca encuentran espacio en sus horarios para hablar con
sus hijos, saber de sus problemas, de sus asuntos personales.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Entiendo que
criar es alimentar, enseñarles a tus hijos lo que deben comer, lo saludable,
para que mañana no mueran de un infarto al corazón. En algunas sociedades es
más económico la comida chatarra que la saludable, pero es importante
esforzarse por comer saludable ahora, de lo contrario, lo que hoy se ahorra en
comida mañana se gastará en medicina.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Si los padres
fallaron en darles una buena educación a sus hijos y no hubo una buena relación
con ellos, es difícil que no se repita el mismo maldito ejemplo, pero se puede
ser diferente. Ahora que soy padre hago un llamado, trata de ser un buen
ejemplo para tus hijos. "Se aprende por ejemplo y se aprende por contraste".
La educación es vital.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Hay dos tipos de
educación: la que se aprende en la escuela y la que se aprende en el hogar. Es
la educación que se aprende viviendo con los padres, los abuelos, o dondequiera
que se viva. Es la que se refleja en las escuelas y en el medio en el que
circulan nuestros hijos. Muchos padres de hoy han olvidado que esa es su
responsabilidad y dejan que la escuela haga ese trabajo por ellos.
Lamentablemente los maestros están ahí para enseñarles matemáticas, lengua
española u otras disciplinas curriculares. No para educarlos, para decirles
cómo conducirse, si deben o no respetar a los demás. Muchos creen que están
haciendo un buen trabajo con sus hijos y es lo peor del caso. Porque lo que se
está creando son fábricas de delincuentes.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Un hijo fuera del
matrimonio, fuera de la edad apropiada o cuando no se está preparado
académicamente no es una equivocación. La equivocación es traer un hijo al
mundo para no educarlo. Primero, lo preferible es tener los hijos dentro del
matrimonio, pero como dice un refrán, "si puedes tener la vaca por libras
para qué comprarla entera". Segundo, que los padres de esos hijos por lo
menos hayan alcanzado la suficiente madurez. Los padres jóvenes de hoy piensan
que al tener un hijo han madurado y están capacitados para la vida. Y por
último, sería muy conveniente que ambos tengan una carrera, estudios o una
fuente de ingresos para darles sustento y protección a esos hijos. Si un joven
le pide a una joven tener sexo como prueba de amor, en realidad no la ama. Si
una joven coquetea con un joven por lo que tiene, en realidad no es amor.
Después que está embarazada la deja y le será muy difícil encontrar un buen
hombre. Por igual, después que un joven se ha superado y ha logrado alcanzar lo
que soñó y llega a perderlo todo, esa joven también lo dejará. Enamórate con la
mente, no con el corazón.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por otra parte
disciplinar no es sólo castigar o dar golpes. Disciplinar es un balance que puede
variar de una familia a otra. Si una familia quiere que sus hijos sean
parásitos y escorias en el futuro, pues ese es el balance que van a usar. Si
una familia lucha para que sus hijos sean hombres y mujeres de bien, ejemplo y
provecho para la sociedad y el mundo, ese es el balance que van a tomar.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿A qué tipo de
balance te refieres?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Alberto,
"los hijos son parecidos a una bola de jabón, si no la sostienes con
firmeza se escapará de tus manos, pero si la aprietas muy fuerte se
saldrá". El balance es la diferencia que señala o indica cuando y cómo
castigar. No existe un libro con una guía universal o individual para criar o
educar a los hijos. Yo, que fui abandonado por mi propia familia, pero que
crecí bajo el amparo de muchas y que me ha tocado trabajar con cientos de
jóvenes estudiantes y sobre todo pensando que un día yo también tendría mi
propia familia, me dediqué a aprender de ellos lo más que pude.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La disciplina,
cualquiera que sea el método que se use debe comenzar contigo. No esperes que
tus hijos hagan bien lo que tú haces mal. Comienza corrigiéndote a ti mismo y
luego tendrás fuerza moral para reprocharles. La disciplina debe empezar desde
la concepción de la criatura, la estimulación temprana. Está demostrado que los<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>niños que reciben estímulos positivos desde
que están en el vientre y se continúa este proceso en ellos tienden a ser
personas productivas y proactivas. A los hijos no se les obliga, se les
estimula. La buena relación entre padre e hijo comienza desde el vientre. La
disciplina debe ser asertiva.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Con los niños,
usualmente usamos la palabra no. Esta se convierte en parte habitual de nuestro
discurso: no a la radio, no a la televisión, no a los cristales, a los cables
eléctricos, etc. En lugar de eso, se debe explicar las razones de la
prohibición sin gritos y usando un lenguaje adecuado a la edad.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Un día mi hijo me
hizo una pregunta que me dejó algo sorprendido.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Papi, ¿por qué
siempre dices que no?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me puse en
cuclillas y le contesté.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Hijo, siempre
digo que no a lo que te lastimará—. El me miró con la tierna mirada que
caracteriza un niño de alma pura e inocente. Lo tomé de la mano y fuimos a la
habitación principal. Conecté la plancha y esperé a que se calentara. Luego le
dije:<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Tócala por un
segundo y quita la mano rápidamente.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Está caliente
papi.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Exacto —le dije—
¿Y qué pasaría si la tocas por cinco o diez minutos?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Me quemaría y la
mano me dolería mucho.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Precisamente por
eso te digo que no —repliqué, mientras desabotonaba mi camisa para mostrarle
una cicatriz.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—¿Ves esta cicatriz
en mi pecho?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Sí papi.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Cuando yo era
niño como tú, mi madre estaba cocinando en un anafe y me dijo que no tocara
nada. Había una cuchara dentro del anafe que atrajo mi atención. Por curiosidad
tomé la cuchara y me la puse accidentalmente en el pecho y fue bastante
doloroso. Si tan sólo hubiera escuchado a mi madre, no habría pasado por esa
experiencia dolorosa. Ahora llevo esta cicatriz como recuerdo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">—Hijo, como tu
padre sólo quiero lo mejor para ti y siempre te diré no a lo que no te conviene
o te lastimará. Es mi trabajo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Desde aquel día
mi hijo entendió que detrás de la palabra no existe una razón o tal vez una
mala experiencia que puede ser evitada.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Existe entre los
padres, la tendencia a tener un hijo favorito, ya sea hembra o varón y en
ocasiones, entre ellos se preguntan ¿Cuál de ellos es el más amado por sus
progenitores?<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En mi opinión
personal pienso que esto es un grave error, que el sólo hecho de pensarlo puede
traer consecuencias catastróficas. Por otro lado, imagina que de las dos manos
usas una más que otra como es natural, ¿te cortarías una porque la usas menos?
No lo creo. Necesitas ambas aunque las uses para diferentes tareas. Es asunto
de roles.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No amarás a tu
pareja menos que a tus hijos sólo porque ellos son el fruto de tus entrañas.
Son amores diferentes y cada cual es único: un compañero, una compañera, un
hijo mayor y uno menor. Sólo tienes uno de cada uno, ámalos por lo que son, no
por el orden, porque en una situación de vida o muerte, de seguro morirías
intentando salvarlos a todos. Nadie tiene ex-hijos y aunque la relación entre
parejas haya terminado "si no das al César lo que es del César y a Dios lo
que es de Dios" el silencio y la soledad serán tus compañeros (Mateo
22:21).<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El castigo es
parte de la disciplina. No esperes aplicarlo cuando la lista de desobediencias
haya llegado al tope y entonces descargar toda tu ira. Cuando cargas a tu hijo
de meses en tus brazos, ¿piensas que ese niño que ves ahí, frágil e inocente es
un futuro homicida o un criminal? claro que no. El no elige ser eso. Es asunto
de responsabilidad. Una vez el niño ha crecido y esto sucede…La pregunta… ¿Cuándo
y dónde aprendió eso? Lo correcto sería ¿Cuándo y dónde fallaste como padre?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La disciplina es
similar a tomar un cántaro de agua en tu cabeza para llevarlo del punto A al
punto B. En el momento que pierdes el equilibrio el cántaro de agua se viene al
suelo y el agua se derrama. Así es con los hijos, es algo que debe comenzar
desde muy temprano y ser persistente hasta el final, hasta que ellos puedan conducirse
por sí mismos, como llevando el cántaro sin perder el equilibrio. En mi
opinión, no existen padres malos o padres buenos, sólo padres responsables e
irresponsables. Se debe ser metódico y persistente, ya que una gran lección no
se aprende en un sólo momento. Hay cosas que se resuelven hablando y otras de
manera drástica. Cualquiera que sea el método, procura que detrás de cada
castigo, haya una lección aprendida y no la ira salvaje.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por otra parte,
los hijos no pidieron nacer. Si fueron planificados o no, esa fue tu decisión.
No estés presente sólo para reprocharlos o para felicitarlos cuando logren
algo. También haz presencia para hablar con ellos, saber de sus problemas: eso
no te hará menos mujer o menos hombre, sólo te hará mejor padre y mejor madre,
te lo aseguro. Recuerda, el que viola es por lo general un conocido y el que
influye a tu hijo a ser un criminal es su mejor amigo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En mis años como
profesor me di cuenta que uno de los factores que más contribuye al desvío de
los jóvenes no es el alcohol, la droga o la calle. Son sus padres. Los padres
irresponsables son el peor de los vicios. Las drogas, el alcohol y la calle son
el reflejo de la mala formación en casa. Los jóvenes se vuelven a quienes les
dan el cariño y el afecto que les hace falta. Si revisas la historia la mayoría
de los grandes problemas de la sociedad fueron causados por personas cuyos
padres fallaron en su papel y no por las sustancias de las que abusaron. Una
pregunta que hice a todos mis alumnos cuando impartía docencia fue la
siguiente: —¿Quién es tu mejor amigo o amiga?— Alarmantemente la mayoría de los
estudiantes entrevistados prefería contarle sus cosas personales a alguien que
no fuera un familiar. ¿Por qué tiene que ser un extraño, alguien que no vive
con ellos bajo el mismo techo su mejor amigo?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0in 0in 0pt;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Si los padres
dedicaran más tiempo de calidad a sus hijos habría más y mejores profesionales.
Menos delincuentes y criminales en las cárceles. Menos muertes. Menos
jovencitas ignorantes criando niños cuando ellas mismas no se han terminado de
criar. Menos familias destruidas y disfuncionales. Menos jóvenes presumiendo
ser el alma de la fiesta ignorando que son unos inmaduros. Menos jóvenes
ridículos embarazando jovencitas. Menos personas pobres. Menos dictadores.
Menos policías corruptos que se venden por estiércol. Menos gente presumiendo
ser gente cuando realmente lo que son es piltrafa humana. Menos países en la
tierra eligiendo un grupo de políticos que se enriquecen con la pobreza e
ignorancia de los pueblos. Menos personas matándose entre sí. Menos guerras; y
el mundo sería un lugar más seguro de habitar.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No digas que tu
hijo es fuerte o que es difícil de criar. Todos nacen iguales, pequeños,
frágiles e inocentes. ¿Has visto un niño que al nacer sea racista? ¿O violador
o atracador? Se tú el mejor amigo de tus hijos. Tratas con mayor delicadeza al
que viene de fuera. Le brindas agua en la mejor copa que tienes, pero a tus
hijos, tú vecino o el que siempre está a tu lado le das agua en el jarro de
lata de salsa que hiciste en el patio de la casa. Los que hablan bien o mal de
ti son los que te ven diariamente. Trátalos como si fueran de fuera.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Si
estas interesado en esta novela, visítanos en Facebook en “Detrás de las
Cortinas” o síguenos en Twitter @GersonNNolasco para más información acerca del
libro.<o:p></o:p></span><br />
<u1:p></u1:p><br />
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span> </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<u1:p></u1:p> </div>
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